BUENOS AIRES.- Los investigadores creen que Priscila, la niña de 7 años que fue hallada el martes parcialmente incinerada y envuelta en una bolsa en Berazategui, murió a raíz de una golpiza de su madre, mientras que su padrastro intentó quemarla en una parrilla y, al no lograrlo, la trasladó en un cochecito de bebé hasta el arroyo donde fue encontrada.

Voceros de la pesquisa revelaron ayer a Télam que se hallaron imágenes de una cámara de la zona en la que se ve a la madre, al padrastro y a dos hermanos de la niña llevar un cochecito de bebé que contendría el cadáver hasta el arroyo.

Tanto la madre, identificada como Silvia Beatriz Lafuente, como el padrastro, un bombero de la Policía Federal pasado a disponibilidad llamado Pablo Verón Bisconti, fueron detenidos anoche luego de que éste aparentemente “se quebró” en sede policial. Si bien sus dichos carecen de validez legal por no haber sido proferidos ante la Justicia, el fiscal del Departamento Judicial Quilmes que instruye la causa, Carlos Riera, decidió detenerlos, reunir pruebas que confirmen la supuesta confesión y tomarles declaración indagatoria esta mañana. Es que, siempre de acuerdo con las fuentes, Verón Bisconti dijo que Lafuente “cagó a palos” a la niña durante la noche del pasado viernes 3 de diciembre, que luego la acostó a dormir y que, ya durante la mañana del sábado 4, la fue a despertar y la encontró muerta.

El padrastro de la niña dijo que tomó el cuerpo de Priscila e intentó quemarlo en la parrilla de la casa para eliminar pruebas del delito, aunque al no conseguirlo decidió envolverlo en una bolsa de plástico y esperar a la noche para descartarlo, relataron los voceros. La noche del sábado, colocaron el cadáver en un cochecito para bebé y, en compañía de los hermanos mayores de la niña, de 11 y 15 años, lo llevaron hasta el arroyo “Las Conchillas”, de Berazategui, a ocho cuadras de la casa. (Télam)