El microcentro de San Miguel de Tucumán mutó durante dos días, dejando de lado su caótico ritmo habitual para mostrar una imagen más ordenada, sin vendedores ambulantes obstruyendo todo a su paso.
Los comerciantes de la zona coinciden en que el cambio es positivo. “Hasta mejoró el humor de la gente, nuestros clientes se ven relajados, mucho más predispuestos a comprar, lo que se notó con un leve aumento en las ventas”, asegura Ricardo Chávez, encargado de una juguetería de peatonal Mendoza al 600.
En tanto, para Armando, gerente de una regalería ubicada en Muñecas casi Córdoba, con la ausencia de ambulantes “simplemente se hizo justicia”. “Es necesario que no haya comercio ilegal, las calles deberían estar así de despejadas siempre, no se puede seguir consintiendo la venta clandestina, que implica una competencia desleal con el comercio que paga sus impuestos. La ley debe ser pareja para todos”, acota el comerciante en diálogo con LA GACETA.
Los peatones también notaron el cambio. “La verdad es que esto es un alivio, se puede caminar tranquilamente, sin andar esquivando mesas, sillas y frazadas tiradas en el piso con mercadería”, afirma Raquel Vargas. Su amiga, Liliana Lazarte, añade: “no se escucha tanto griterío, se ve todo más limpio y se puede mirar las vidrieras más tranquila”.
Amenaza ambulante
Sin embargo, el paisaje podría modificarse nuevamente mañana. Es que, lejos de comenzar a aclararse el panorama tras la vuelta al diálogo con las autoridades, el conflicto de los vendedores ambulantes vuelve a mostrar oscuros nubarrones en el horizonte. El acuerdo alcanzado el lunes con el PE, que establece una tregua por tres días sin comercio informal, hasta ahora se vino cumpliendo y hoy no será la excepción, según dijo Claudio Robledo, referente del Sindicato de Vendedores Ambulantes (Sivara).
No obstante, reiteró que volverán a copar la vía pública mañana si es que hasta entonces no reciben un compromiso por escrito del Gobierno a su reclamo de un local para poder trabajar, entre otras medidas que solicitaron a las autoridades. “Si hasta este viernes a las 9 no nos llaman y nos dan una solución, vamos a volver a la venta ambulante, que es nuestro único sustento”, lanzó.
Robledo apuntó sus críticas contra la secretaria general de la Gobernación, Carolina Vargas Aignasse, encargada de las negociaciones con el Sivara. “Ahora sale a decir que si nosotros queremos un local podrían estudiarlo, cuando sabe muy bien que desde el año pasado venimos pidiendo eso”, manifestó el dirigente.
Cambio de escenario
Los reclamos de los ambulantes llegaron ayer, por primera vez desde octubre de 2013, cuando el Gobierno provincial tomó las riendas del conflicto, al Municipio capitalino. A media mañana, los puesteros protestaron cortando el tránsito frente a la sede de la Intendencia, en la esquina de Lavalle y 9 de Julio, donde fueron recibidos por el coordinador de la Secretaría de Gobierno, Carlos García Macián.
En la audiencia, pidieron que se les permita seguir trabajando en las calles con puestos de venta fijos, con el argumento de que hay otros comercios en la zona céntrica que también obstruyen el paso de los transeúntes con sus mesas, sillas y, en algunos casos, canteros con flores. “Nos discriminan. Hay un fallo de la Justicia que en un párrafo dice que está prohibido obstruir el tránsito de los peatones, y a los únicos que se los critica y se los quiere hacer cumplir es a los ambulantes”, argumentó Robledo.
Además, pretenden que se sancione una ordenanza “para que haya cuatro vendedores por acera u ocho por cuadra, con mesas de un metro de diámetro por 80 centímetros de alto”, que contemple la inscripción de los puesteros como monotributistas y que paguen un canon municipal.
“Lo único que pedimos es que nos dejen trabajar y no nos discriminen, queremos aportar a la provincia”, indicó el referente de Sivara, que representa a unos 300 ambulantes.
Sánchez Macián explicó a la prensa que en la reunión con los representantes de los puesteros se les explicó “la imposibilidad del Municipio de dar en lo inmediato la solución que ellos reclaman, que es continuar en la vía pública realizando su trabajo, puesto que existe una disposición judicial que data de 2006 que ordena mantener las calles sin la presencia de vendedores ambulantes y que hay que respetar”.
Por otro lado, el funcionario municipal dijo que la Intendencia tampoco puede establecer una ordenanza como la que plantean o cualquier otra, debido a que esa es una función que le compete al Concejo Deliberante.
Con este escenario, hay una sensación generalizada de que el conflicto con los ambulantes no está para nada resuelto.
“Lamentablemente, van a volver a las calles el viernes. Pasa todos los años. Se van para Reyes y vuelven antes de que comiencen las clases, en febrero. Años de falta de voluntad política ya nos demostraron que hay que ser realistas”, expresa Armando. El tiempo dirá si su vaticinio se cumple o no.