VOLGOGRADO.- El presidente ruso, Vladimir Putin, visitó a los heridos de los atentados suicidas registrados en Volgogrado, en el sur de Rusia. En la ocasión, condenó esos ataques que plantean temores por la seguridad de los Juegos Olímpicos de Invierno.
Putin voló a Volgogrado (Stalingrado entre 1925 y 1961, en homenaje a uno de los jefes de la Unión Soviética, Josef Stalin) antes del amanecer, tras prometer en su discurso de Año Nuevo “aniquilar” a los terroristas, dirigiéndose de forma inflexible contra los insurgentes islamitas asentados en el Cáucaso Norte, que han estado presentes durante sus 14 años en el poder. “No importa lo que motive a los criminales, no puede haber justificación para los crímenes contra civiles, particularmente contra mujeres y niños”, dijo Putin en un discurso televisado al inicio de una reunión con altos cargos de seguridad.
“La vileza del crimen -o crímenes- cometidos aquí, no necesita más comentarios”, dijo Putin en una visita muy controlada.
Una explosión por una bomba que portaba un suicida en la principal estación ferroviaria de la ciudad, mató el domingo al menos 18 personas, y un segundo atacante se inmoló en un trolebús en plena hora pico, el lunes por la mañana, matando a 16 personas y dejando cuerpos esparcidos por la calle.
Putin se colocó una bata blanca del hospital para visitar a los heridos ingresados, y depositó rosas rojas en el lugar de la explosión del trolebús. Las bombas plantearon temores de nuevos atentados antes de que Rusia albergue los Juegos de Invierno de Sochi, en el mar Negro, a unos 690 kms al suroeste de esta ciudad localizada sobre el río Volga.
Aunque nadie se ha atribuido la responsabilidad, los ataques subrayaron la vulnerabilidad de Rusia hacia la insurgencia más de una década después de que expulsara a los separatistas del poder en la provincia de Chechenia, en el Cáucaso Norte, en el primer periodo de Putin en el poder.
“Estoy seguro de que seguiremos la lucha contra los terroristas con fiereza y consistencia, hasta su completa aniquilación”, sostuvo Putin al país en un discurso televisado desde la lejana localidad de Jabarovsk, en el este.
Los insurgentes dicen que luchan por un estado islámico en el sur del país, que incluye a Sochi, uno de los principales balnearios. En un vídeo colgado en julio, el líder checheno, Dokú Umárov, pidió el “máximo esfuerzo” para impedir que Rusia celebre los Juegos.
Putin ha apostado con fuerza por el éxito de los Juegos. En 2007 se aseguró la celebración en Sochi, durante su primer mandato como presidente, y no ha descartado volver a optar a dirigir el país en 2018. (Reuters-Especial)