Las horas de un nuevo año comenzaron a correr, y con ellas, las estrategias políticas que pondrán en marcha los dos sectores del peronismo en pugna -alperovichistas y amayistas- para lograr conservar el poder en 2015, frente a un radicalismo que día a día gana metros en la carrera por la gobernación.
El Concejo Deliberante de la capital será la caja de resonancia de esa guerra silenciosa que hasta ahora libran el gobernador José Alperovich y el intendente Domingo Amaya. En el recinto capitalino, los coroneles que responden a los mandatarios provincial y municipal iniciarán -según avizoran los propios representantes vecinales- una batalla discursiva sin precedentes, a partir de marzo, cuando comience un nuevo período se sesiones ordinarias. Con una lógica marxista, ambos bandos buscarán agudizar las contradicciones entre sí y cada sector le marcará los errores al otro.
Desde que comenzó la batalla, Alperovich y Amaya contaron con exegetas de la oposición que dijeron lo que sus pares del peronismo no se animaron a decir para no adelantar los tiempos de la pelea política. A la hora de criticar a los mandatarios provincial y municipal, el radical José Luis Avignone y el bussista Claudio Viña fueron piezas clave que funcionaron a la perfección en el engranaje político del parlamento capitalino. Algunos roces entre concejales ya comenzaron a hacerse evidentes. En la ultima sesión del cuerpo, el jefe de la bancada justicialista, Esteban Dumit, y Avignone, protagonizaron una acalorada discusión, con pases mutuos de factura. Previamente el radical había defendido la autonomía municipal y puso en el tapete un dato que la mayoría de los ediles desconocía: el Poder Ejecutivo provincial le adeuda al municipio unos $ 140 millones en concepto de fondos coparticipables que no fueron reintegrados a través del Pacto Social. “Avignone dice lo que Germán Alfaro no se anima a decir”, bramó un concejal ultraalperovichista a esta columna cuando finalizó el debate.
Como la pelea entre las huestes pernonistas será larga, ediles del oficialismo y de la oposición apuestan a que el alperovichista Ramón Santiago Cano continúe al frente del cuerpo hasta 2015. Todos coinciden en que el ex dirigente camionero es el único con cintura política -y hasta pedagógica algunas veces- capaz de contener a las tropas para que no rompan trincheras.
Marzo también será clave para el jefe municipal. El tercer mes del año que comienza habría sido elegido por el amayismo para blanquear públicamente, y de manera definitiva, las intenciones del intendente de pelear por la gobernación en 2015. Según especulan en su entorno, el discurso de apertura de sesiones ordinarias se convertirá en un lanzamiento de campaña, el que no estará exento de críticas hacia la gestión alperovichista. La diferenciación como estrategia llegará para quedarse y será el eje del marketing político que desplegarán los asesores de imagen del intendente capitalino.
Acosta, el ariete de José
El dirigente municipal Osvaldo “Cacho” Acosta será la piedra en la honda que usará Alperovich para “cascotear el rancho” de 9 de Julio y Lavalle. Como flamante secretario general del sindicato municipal, Acosta hará las veces de un ariete alperovichista que buscará derribar la paz capitalina, luego de ocho años sin protestas gremiales en la administración amayista. Aunque Acosta jure y perjure que él no responde al mandamás provincial, la presencia de los alperovichistas Antonio Álvarez y Mario Koltan en el acto de asunción del lunes lo dice todo. Álvarez trabaja junto al ministro de Gobierno, Edmundo Jiménez; y Koltan se desempeñó como interventor en el Instituto de Previsión Social y en la Caja Popular de Ahorros. Una imagen vale más que mil palabras, reza el dicho popular.