Más allá de la refinanciación anunciada el viernes por el Gobierno nacional para las provincias más endeudadas, los compromisos financieros en cada uno de esos distritos llevan a pensar que aquel perdón fiscal no es suficiente para la realidad de los distritos. Todos los caminos conducen al Gobierno Nacional, que debería asumir el rol de prestamista, no tan sólo prorrogando los vencimientos del Programa de Desendeudamiento, sino también aportando financiamiento fresco, indica el último reporte de Economía & Regiones (E&R). El nuevo acuerdo de refinanciación incluye una compensación con Aportes del Tesoro Nacional (ATN) destinada a reducir el stock de deuda provincial.
Según las proyecciones de la consultora, las provincias no contarían con recursos propios suficientes para financiar los aumentos salariales que se vienen, en tanto que el acceso al mercado de capitales se acotaría a partir de las elevadas tasas que habría que convalidar, tanto en moneda extranjera como en pesos atados al dólar oficial. Por esa razón, plantea Economía & Regiones, sigue latente el escenario de emisión de cuasimonedas para financiar los déficits provinciales. En efecto, el gobernador de Corrientes, Ricardo Colombi, advirtió que su administración “se verá obligada a emitir bonos provinciales” para pagar sueldos en marzo próximo, en caso de que el Gobierno nacional mantenga su actual reparto de la coparticipación, y no atienda el reclamo de una deuda entablada por la provincia, producto de la retención del 15% de la masa coparticipable para financiar al Sistema de Seguridad Social Nacional (Anses).
La emisión de cuasimonedas fue una herramienta muy útil para salir del agobio financiero en que se encontraban las jurisdicciones provinciales en 2001, a partir de la caída de los recursos tributarios propios y las transferencias nacionales, así como de las restricciones para acceder al crédito tanto interno como externo.
Sin embargo, advierte E&R, si bien la situación actual de las finanzas provinciales hace necesaria la búsqueda de alternativas para financiar el creciente déficit fiscal, “es importante resaltar que el contexto actual difiere significativamente del vigente en la crisis de 2001. No sólo la situación provincial es menos asfixiante, sino que el mercado monetario atraviesa un escenario bien disímil”.
Frente a esa amenaza, la Casa Rosada contestó con la refinanciación trimestral de deudas. Y condicionó su vigencia a la presentación de un programa de metas trimestrales para 2014, que tienda a “un buen desempeño fiscal”. De esta manera, para no ser excluidas del programa, las provincias deberán sentarse a negociar cada tres meses con el Gobierno nacional, lo cual debilita la posición provincial e incrementa la del poder central, al dotarlo de mayor discrecionalidad y control sobre las finanzas provinciales.