“124 años de alegría, vení a festejar el cumple del más grande”. Esa era la leyenda que se podía leer en la entrada del boliche que la barrabrava de Rosario Central habían elegido para celebrar un nuevo aniversario del club. Nadie se imaginó que la fiesta se transformaría en una batalla campal que terminó con un muerto y una persona herida. El joven asesinado en Rosario se transformó en la víctima número 18 de la violencia en el fútbol en lo que va del año.

La celebración había terminado. Varios jóvenes salieron de la disco Willie Nixon y se detuvieron a comer un choripán en un kiosco. Un grupo de 40 personas salieron del boliche y comenzaron a insultar a los que se alimentaban. Luego de una discusión, ambos grupos se tomaron a golpes de puños. Uno de los revoltosos, según cuenta la edición digital del diario La Capital, no se bancó haber sido castigado y fue hasta su auto donde sacó un arma de fuego. Disparó contra los que lo agredieron, hiriendo mortalmente a Walter Larrea -murió ayer al mediodía- y lastimó a César Ariel Navarro. El agresor huyó luego de haberse vengada del golpe que recibió.

Los mismos parientes de la víctima reconocieron que desde hace años forma parte de la barra de Central. Mientras que Navarro, que se recupera de una herida en la cadera, es hijo de Julio “Cara de Goma” Navarro, al que el diario rosarino lo identifica como lugarteniente de Héctor “Pillín” Bracamonte, líder de Los Pillines, la facción que lidera desde hace años las tribunas en el Gigante de Arroyito.

La muerte de Larrea es la décima que se produce en lo que va del año en pelea entre integrantes de una misma barra. Es un síntoma que genera preocupación entre las autoridades del país. “Es muy complicado porque es difícil organizar un operativo para controlar a los mismos hinchas que se pueden enfrentar en cualquier lado”, destacó el comisario Jorge Díaz, responsable de Seguridad Deportiva de la Policía de la provincia.

Nuestra provincia no fue ajena a este triste fenómeno. En menos de dos meses, Ronaldo Delgado y Hugo Sarmiento, fueron asesinados en una interna entre las facciones Los Pibes de la Villa y Los Coriofos de la hinchada de Deportivo Aguilares.

El año que se acaba en tres días dejó en evidencia que la pelea por el dinero que manejan las barras está al rojo vivo. Por primera vez, una mujer terminó siendo víctima fatal en un enfrentamiento. Fue Lorena Morini, que quedó atrapada en un choque entre las bandas que se pelean por el mando de la hinchada de Independiente.

El 2013 quedará en la historia por ser el segundo año más violento de la historia. Sólo es superado por el año 1968, donde 71 personas murieron en lo que se llamó la Tragedia de la Puerta 12. Además, la cantidad de víctimas se incrementó un 50 % con respecto al año pasado, donde murieron 12 personas. Y lo que es peor aún: el 2014 es un año mundialista, donde se incrementa la escalada de violencia entre los hinchas que pugnan por entradas y pasajes para alentar a la Selección.