Los efectos corrosivos de la inflación seguirán activos en la economía durante 2014. El acuerdo de precios que el equipo económico pactó por un año con supermercados y con empresas de alimentos no prosperará como una medida aisladas. Para que resulte favorable es necesario que el Gobierno ataque la causa principal del problema inflacionario: la emisión monetaria. Así lo afirmaron los economistas tucumanos, Augusto Nieto Barthaburu y Gustavo Wallberg. Los expertos analizaron el escenario nacional actual y vincularon la expansión monetaria que lleva adelante la Casa Rosada con la necesidad de financiar el déficit fiscal. Otro de los puntos que abordaron fue el incremento del gasto público, mediante transferencias para subsidiar servicios públicos.

Los especialistas coincidieron en que el Gobierno destinó recursos para sostener subsidios distorsivos y regresivos, y afirmaron que una alternativa para disminuir paulatinamente el gasto público es eliminar este tipo de subvenciones. Hubo consenso también en el impacto favorable que tuvo la Asignación Universal por Hijo (AUH) para asistir a los sectores más desfavorecidos.

Sobre el comportamiento del dólar en la economía que viene, Nieto Barthaburu fue cauto a la hora de adelantar un escenario posible. El doctor en Economía en la Universidad de San Diego (EEUU) señaló que el mercado cambiario en la Argentina está administrado por el Banco Central, que intervendrá para regular el comportamiento de la divisa. Wallberg, por su parte, vaticinó que la cotización seguirá en alza, y consideró que el valor del dólar en el mercado de cambio depende siempre del contexto. El director de Políticas Públicas de Federalismo y Libertad afirmó que, en 2013, el Central aceleró el ritmo de devaluación para evitar una suba intempestiva de la cotización. Sin embargo, aseguró que mientras haya inflación la autoridad monetaria debe mantenerse en la senda devaluatoria.

Imprimir billetes
La expansión monetaria es la causa central de la suba de precios

El economista Augusto Nieto Barthaburu afirmó que la inflación, generalmente, es un fenómeno asociado al aumento de la cantidad de dinero. “Teniendo en cuenta esto, la manera de combatirla es con una política monetaria y fiscal responsables. En este momento el problema es más complejo, porque cuando la gente tiene expectativas inflacionarias altas, frenar abruptamente la tasa de crecimiento del dinero puede causar recesión”, analizó. Ante este panorama, el docente de Facultad de Ciencias Económicas de la UNT remarcó que las primeras decisiones del Gobierno deberían apuntar a bajar las expectativas inflacionarias, comprometiéndose a una tasa de emisión monetaria mas baja y, por lo tanto, a un déficit fiscal más bajo. “Pero para que esto funcione el compromiso tiene que ser creíble”, subrayó.

Emitir sin control
La emisión monetaria debe estar asociada a una política fiscal responsable

El economista Gustavo Wallberg aseguró que la inflación es un fenómeno monetario. “Nadie en el mundo discute eso seriamente, excepto la media docena de países, entre ellos la Argentina, que encabezan la lista de los más inflacionarios”, opinó. “Desde que esa realidad fue asumida, la mayoría de los países tomó decisiones responsables en política monetaria y fiscal. Además, promovieron que el Poder Ejecutivo no influya en la decisión de emitir moneda. Por eso, la inflación no es hoy un problema mundial. Mientras el Gobierno no acepte aquello, seguirá siendo un problema en el país”, argumentó. Sobre el acuerdo de precios que impulsó la Casa Rosada para controlar la inflación, el especialista señaló: “en el mejor de los casos, los acuerdos implican calma en algunos productos en el corto plazo y escasez y desbordes de precios posteriores”.

Acuerdo de precios
Esta medida prosperará si se incluye un plan para reducir el déficit fiscal

“Históricamente los controles de precios no fueron efectivos para controlar la inflación. Además, introducen distorsiones en la relación entre los precios de distintos bienes, lo cual lleva a una mala asignación de recursos”, recalcó Nieto Barthaburu. “La manera de controlar la inflación es atacar la causa principal, que es fundamentalmente la emisión monetaria”, insistió. Luego, vinculó la expansión del dinero con las necesidades del Estado de financiar el déficit fiscal. “Cualquier, intento de bajar las expectativas inflacionarias debe incluir un plan creíble de reducción del déficit”, remarcó. Sobre el comportamiento del dólar en 2014, Nieto Barthaburu fue claro: “es difícil predecir, ya que el mercado cambiario está administrado por el Banco Central. El comportamiento del dólar dependerá sus decisiones”.

Gastos por subvenciones
Los subsidios al sector privado alientan el consumo y desalientan la inversión

“El incremento del gasto público es uno de los errores más grandes del Gobierno. La gran mayoría de los subsidios son tarifas inmovilizadas de servicios públicos, que alientan el aumento del consumo y desalientan la inversión”, analizó Wallberg. Luego vinculó esta situación con el cepo cambiario que instauró el Ejecutivo para evitar la fuga de dólares. “La necesidad de subsidios es creciente, así como la de importar combustibles y energía. Por lo tanto, también la de dólares. Esto derivó en el cepo cambiario”, explicó. El docente de Economía en la UNT afirmó que los subsidios ineficientes al sector privado provocan una injusticia: “quien consume energía no paga según su consumo. Los más prudentes y los más pobres financian el consumo de energía de los más derrochones y de los más ricos”.

Erogaciones del Estado
Para reducir el gasto público hay que eliminar subsidios distorsivos

Nieto Barthaburu hizo un balance de la distribución de subsidios del Gobierno. “Algunos subsidios, como la Asignación Universal por Hijo, fueron efectivos para reducir la pobreza a un costo bastante bajo”, consideró. El especialista afirmó que otros subsidios, sobre todo a los servicios públicos, tienen menos virtudes. “Los subsidios al servicio eléctrico tienen, al menos, dos problemas: primero, generan malos incentivos, ya que los usuarios del servicio se guían por el precio subsidiado, cuando el verdadero costo para producir electricidad es más alto”, explicó. “El segundo problema es que estos subsidios son regresivos. Es decir que, quienes más los utilizan (generalmente los sectores de mayores ingresos) reciben mayores subsidios. Eliminar estos subsidios distorsivos y regresivos sería una buena manera de reducir el gasto público”, agregó.

Balance para 2014
Sin cambios de rumbo, la economía seguirá con signos de agotamiento

Wallberg vaticinó que el panorama para el año que viene no será mejor. “No se nota que el Gobierno vaya a actuar distinto. Los problemas que hay seguirán deteriorando la economía”, adelantó. “No puede esperarse algo diferente mientras no se reconozcan que la concentración de poder es negativa. Por eso la república brinda el mejor ambiente para las políticas de Estado y la estabilidad institucional”, observó. Además, el especialista señaló que las riquezas para el Estado provienen del sector privado. “El Gobierno influirá en la dirección de ese proceso, pero nunca reemplazará al sector privado. República y mercado son dos condiciones clave para el desarrollo. Mientras no se trabaje con eso en mente, no habrá crecimiento sino alivios, más breves o más duraderos, pero con la alternancia ya conocida de crisis y euforias que nos mantienen atrasados”, finalizó