El ventilador escupe aire caliente. El aire acondicionado, si es que hay, hace su mayor esfuerzo para refrescar la habitación pero la baja tensión no se lo permite. Eso, si no vivís en alguna de las tantas zonas de la provincia que el martes y ayer -en menor medida- se quedaron sin luz. “Las líneas no dan abasto, y hubo cortes de línea de media tensión”, reconoce una operadora de EDET. Y cuando se le pide un consejo, sólo apela a un resignado “le aconsejamos al usuario que restrinja el consumo de agua a lo básico”.

Y si hablamos del líquido esencial, la canilla trae apenas un hilo de agua... caliente. Las solución es enloquecer o salir a buscar algún “charco” público para refrescarse.

Ayer a la tarde, con un promedio de temperatura de 40°, la poca gente que se animó a salir a la calle lo hizo en busca de algo de fresco. El lago San Miguel fue uno de los “oasis” más visitados en el día del calor abrumador. Se vinieron de todos lados, como en el caso de Ariel Carrizo y Viviana Rodríguez, que a último momento decidieron armar la vianda y dirigirse al parque. “Somos de Los Ralos. En toda nuestra zona, como hace dos meses, la sequía es terrible. Nos dan agua a la medianoche y recién nos podemos bañar”, contó Ariel. En el agua disfrutaban sus hijos Claudio y Tamara, quienes se hicieron de amigos en cuestión de minutos.

En El Cadillal, al mediodía de ayer, el sol era un oprobio. Y la sola visión del dique, con su cota cada vez más baja, augurio de malas noticias. Rafael, Abel, Omar, Lorena y Andrea juguetean en las aguas oscuras de dique, indiferentes al sol rasante y a la falta de sombra. “Venimos todos los días porque en Villa Mariano Moreno, donde vivimos, cortan el agua todos los días, y es un horno”, apunta Rafael.

¿Esta es su “Mar del Plata”? Las chicas se ríen, al unísono. “No conocemos, pero vamos a conocer. Nos estamos yendo a buscar trabajo allá”, se entusiasma Lorena.

Si las restricciones cambiarias y el impuesto a los gastos en el exterior te desalientan a planificar las vacaciones en el sur de Brasil. Si pensaste que este año podía ser tu primera vez y cada día que pasa parece un sueño más lejano; aquí te damos la fórmula para escaparle al desánimo: subí a tu auto, dale “gas” a tu tarjeta de crédito y regalate un paseo por las paradisíacas playas de Santa Catarina y Río Grande do Sul. Y, si aún pensás que intentarlo no vale la pena, mirá esta imágenes y terminá de decidirte.
Unos 2.000 kilómetros separan a Tucumán de la puerta de entrada a Florianópolis. Allí el Puente Hercílio Luz, el puente colgante más largo de Brasil, y el segundo de América Latina; nos indica que llegamos a la isla que deslumbra con más de una treintana playas a su alrededor.
Ciudad de Florianópolis.
Un cóctel irresistible. Interminables playas de suave arena y aguas templadas; dunas y morros que se asoman al mar; caipirinha y coco gelato para calmar la sed.
Playa de Campeche, Florianópolis.
Dunas de Joaquina, Florianópolis.
Playa Joaquina, Floreanópolis.
Playa Brava, Floreanópolis.
Playa de los Ingleses, Florianópolis.
Playa de los Ingleses, Florianópolis.
Playa de los Ingleses, Florianópolis.
Playa Jurere, Florianópolis.
Playa Brava, Flrorenópolis.
Playa Lagoinha, Florianópolis.
Playa Brava, Florianópolis.
Paya de Joaquina, Florianópolis.
Barra Velha, Estado de Santa Catalina.
Camboriú, a 80 kilómetros al norte de Florianópolis.
Camboriú.
Laguna, Farol de Santa Marta.
Laguna, a 150 kilómetros al sur de Florianópolis.
Bombinhas, a 72 kilómetros al norte de Florianópolis.
Playa de Lagoinha, Florianópolis.
Lagoinha del Este, Florianópolis.
Torrres, playa de Guarita, en Río Grande do Sul, a 270 kilómetros de Florianópolis.
Playa de Guarita, Torrres en Río Grande do Sul
Playa de Guarita, Torrres en Río Grande do Sul.
Florianópolis. Las fotos de esta galería son gentileza httpriozinho.net , Loucosporlapraia.com.br y Rubén Falci.