Todo cuanto podía fallar, falló en nuestra Redacción entre la tarde y la noche del lunes. Por eso, la edición del martes cerró bien entrada la madrugada de ese día. No fue sólo un esfuerzo denodado para vencer las adversidades surgidas de un apagón, que malogró, incluso, nuestro grupo electrógeno propio y, con ello, truncó durante horas el acceso al sistema editorial del diario. Lo del lunes y el martes fue, también, el compromiso de todo un equipo periodístico para que no hubiera opción: LA GACETA salía o salía. Fue una lucha literalmente sin descanso. Y aunque terminó con una victoria, el saldo fue una legión de hombres y mujeres atravesados por el cansancio. Así que la de ayer fue una jornada doblemente atípica. En primer lugar, porque sólo se trabajó para mantener actualizada nuestra edición online: el 25 de diciembre (al igual que el 1 de enero) no se venden (y por tanto, no se imprimen) diarios en la Argentina. En segundo término, porque hubo que replantear todo el esquema de relevos y de guardias planificadas para el día de la Nochebuena. Pese a todo, durante la mañana y la tarde del 24, muchos "heridos" de la extenuante jornada del 23 fueron llegando a la Redacción. A todos se los invitó a ir a disfrutar de un merecido descanso. Algunos, igualmente, se quedaron. Y con ellos, cuando promediaba la tarde, hubo un emocionado brindis. Deseamos, para todos, prosperidad, paz, fraternidad, esperanza y, muy especialmente, luz. Feliz Navidad.