BUENOS AIRES.- Todos los acusados en la causa por el supuesto pago de sobornos en el Senado, en el año 2000, encabezados por el ex presidente, Fernando De la Rúa, fueron absueltos ayer por el Tribunal Oral Federal (TOF) 3, que entendió que no había ningún elemento para corroborar que esos hechos hubieran existido.

Además, el tribunal cuestionó severamente a los investigadores por haberse basado en las palabras de un -dijo- “embaucador” como el “arrepentido” Mario Pontaquarto, tras ordenar una pesquisa sobre cómo se gestó la revelación del llamado “valijero”, previo paso por la Casa Rosada.

También se ordenó que el Consejo de la Magistratura analice la actuación del juez Daniel Rafecas, quien ya está siendo investigado en el Consejo de la Magistratura por su desempeño en la primera parte del caso de la “ex Ciccone”, luego de que el propio vicepresidente, Amado Boudou, contara que el magistrado se cruzó mensajes con uno de los defensores de la causa. 

Las críticas del TOF 3 no sólo alcanzaron a Rafecas, sino que también salpicaron al fiscal Federico Delgado y a su entonces compañero, el hoy camarista Eduardo Freiler; al abogado de Pontaquarto, Hugo Wortman Jofre, y hasta al ex jefe de Gobierno porteño y actual legislador Aníbal Ibarra, a quien pidieron investigar por falso testimonio.

Investigación deficiente

En ese marco, el Tribunal ordenó que “el Estado pague las costas del juicio”, por entender que la Fiscalía y la Oficina Anticorrupción, en su rol de querellantes, fallaron en su accionar porque “no corresponde que, en miras a obtener un resultado de condena, se eche mano de cualquier elemento que pueda avalar la mera sospecha”. 

Los absueltos fueron De la Rúa; su ex jefe de Inteligencia (SIDE), Fernando de Santibañes; el ex ministro de Trabajo, Alberto Flamarique; los ex senadores del PJ, Augusto Alasino, Alberto Tell, Remo Costanzo y Ricardo Branda y el ex Secretario Parlamentario, Pontaquarto.

Al hablar con la prensa, limitándose a leer un breve comunicado, De la Rúa dijo que el fallo sirvió para demostrar que “todo fue una infamia de principio a fin, el punto de partida de un complot político”. Mientras que Pontaquarto afirmó que la sentencia fue vergonzosa y, tras ratificar su relato, se preguntó quién iba ahora a denunciar un hecho de corrupción.

Conocido el veredicto y a la espera de los fundamentos completos, cualquiera de las partes podría apelar ante la Cámara Federal de Casación Penal si el resultado de este juicio no les convence.

En su pronunciamiento, el Tribunal coincidió en que “resultó oscuro” el modo en que “llegó Pontaquarto a declarar a los Tribunales, el 12 de diciembre de 2003”, porque antes de hacerlo “se entrevistó en la Casa Rosada con el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández”.

Antecedentes

El escándalo se inició en 2000, como un rumor en el Congreso y fue motorizado por el entonces ex presidente Carlos “Chacho” Alvarez, quien renunció a su cargo luego de pedir, sin éxito, la salida del jefe de la ex SIDE. Según ese rumor, senadores disidentes exigían al pago de coimas a cambio de aprobar la Ley de Reforma Laboral impulsada por el Gobierno. (DyN)

Antes de declarar (2003), Pontaquarto se reunió con el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández y con Aníbal Ibarra, ex jefe de Gobierno porteño.

La causa penal avanzó recién cuando Pontaquarto dio una entrevista a una revista, donde contó su versión de los hechos.

Pontaquarto se mostró como el “arrepentido”, diciendo que él había sido quien había llevado las 

valijas, desde la SIDE, para efectuar los pagos.

Desde el inicio del juicio, el 14 de agosto de 2012, se ventiló el presunto pago de $ 5 millones, para lograr la aprobación de la Reforma Laboral.

Pontaquarto dijo que hubo una reunión donde De la Rúa ordenó el pago de las coimas, y un encuentro posterior entre él y De Santibañes, en la SIDE. 

El “arrepentido” también afirmó, durante el juicio, que llevó el dinero (o sea los $ 5 millones) a la casa del entonces senador Emilio Cantarero.

Durante el juicio pasaron muchos testigos, entre ellos, “Chacho” Alvarez, y la actual presidenta, Cristina Fernández, quien presentó un escrito.

“El fallo es vergonzoso”, dijo Pontaquarto

El ex Secretario Parlamentario recibió un cachetazo del ex senador Alasino, y casi se trompean

BUENOS AIRES.- Mario Pontaquarto, el ex Secretario Parlamentario que se presentó como “arrepentido” en la causa de los sobornos en el Senado, aseguró ayer, al salir del Tribunal, que el fallo que dictó la absolución de todos los acusados fue una vergüenza.

“Es vergonzoso. Yo soy parte de la verdad de lo que ocurrió. Conté la historia durante 10 años. La Justicia tenía la oportunidad de dictar un fallo histórico, y dispuso esto. Me queda una sensación de angustia y de tristeza”, afirmó ante la prensa.

Pontaquarto sostuvo también que con este resultado “nadie va a querer denunciar un hecho de corrupción”, y reclamó que “la Justicia se haga cargo de la decisión que tomó”.

El arrepentido fue el único de los vinculados con la investigación de los sobornos que tuvo una salida agitada del Tribunal. Es que el ex senador del PJ Augusto Alasino le pegó un cachetazo al ex Secretario Parlamentario, después que se escuchara el veredicto que absolvió a todos los acusados, y casi se agarran a trompadas.

Cuando se retiraba de la sala, Alasino, al pasar al lado de Pontaquarto, le arrojó una cachetazo. “Puto, cagón, gil, vení”, le gritó el ex secretario del Senado al ex parlamentario, mientras abandonaba el recinto.

El arrepentido quiso ir a buscar al dirigente justicialista, pero fue impedido por sus abogados y otras personas, y anunció que hará la denuncia penal contra el ex senador. Al término de la audiencia, Pontaquarto se refirió al tema ante los periodistas al señalar: “Alasino se acercó y me tiró un golpe. Su mayor virtud es la cobardía”. (DyN)

Moyano ataca a Flamarique y a senadores

El jefe de la CGT opositora, Hugo Moyano, ratificó que el ex ministro de Trabajo Alberto Flamarique dijo en su momento: “para los senadores tengo la Banelco”. “Es lamentable, porque era una cosa que estaba muy clara”, expresó Moyano, quien consideró que “pueden no condenar o absolver, pero la condena social ya la tiene este grupo de senadores involucrado en el escándalo”.