Las Chrysopidae o crisopas son insectos frecuentes en los agroecosistemas. Las larvas presentan una alta capacidad de búsqueda y actividad depredadora de plagas agrícolas. Entre ellas se encuentra Ceraeochrysa claveri, que está presente ocasionalmente durante el ciclo del cultivo de frutilla en Tucumán.

Un equipo de investigadores -ingenieros agrónomos y biólogos- de la Fundación Miguel Lillo (FML), el INTA Famaillá y el Instituto Superior de Entomología “Dr. Abraham Willink” (Insue) lleva adelante en el marco de los proyectos de INTA y el Mincyt, un estudio de control biológico de “trips” con diferentes insectos depredadores presentes en la zona productora de frutilla de Tucumán.

Como avance de este trabajo, se publicaron resultados alcanzados en parcelas experimentales del INTA Famaillá con la variedad de frutilla “Festival” en 2011. En ellas, los investigadores realizaron liberaciones de crisopas criadas en el Insectario de la FML.

Fue fundamental cubrir las parcelas con malla antiáfidos para medir con mayor precisión el efecto depredador del insecto benéfico sobre su presa. Se realizaron seis muestreos pre y post liberación, que se extendieron por 45 días.

“Después de la liberación de la crisopa se pudo constatar el descenso significativo de la densidad de trips por planta, en relación a las parcelas testigo, manteniéndose los valores por debajo del umbral de daño económico hasta el final del período estudiado”, explicó la doctora Carmen Reguilón, experta en control biológico de la Fundación Miguel Lillo.

Sistemas amigables

“Estos resultados permiten inferir que Ceraeochrysa claveri ejerce un efectivo control sobre los ‘trips’ que atacan a la frutilla, por lo que su uso puede considerarse promisorio en sistemas agrícolas más sustentables y más amigables con el medio ambiente y la salud humana”, indicó por su parte el doctor Daniel Kirschbaum, experto en frutilla del INTA Famaillá.