Enrique García y Manuel Yapura miraban hacia la pared. Roberto Lencina tenía cabeza inclinada hacia el suelo. Habían pasado 10 minutos desde que habían abierto la puerta de la sala de juicios del Palacio de Justicia y el nerviosismo de los acusados era evidente. A las 21.30 de ayer, los camaristas Carlos Caramuti, Dante Ibáñez y Emilio Páez de la Torre ingresaron y anunciaron que habían dado un veredicto por unanimidad.
El fallo de la sala III de la Cámara Penal consideró parcialmente el pedido de la fiscala de Cámara Juana Prieto de Sólimo. García fue condenado a cinco años de prisión por el encubrimiento agravado del crimen de Paulina Lebbos y Yapura a cuatro años por el mismo delito. Ambos quedaron detenidos inmediatamente, y se retiraron de tribunales custodiados y esposados. Sus abogados podrán presentar una caución real para que obtengan la libertad hasta que la sentencia quede firme. Lencina, por su parte, fue condenado a dos años de prisión condicional por falsificación de instrumento público, y deberá realizar trabajos comunitarios en una entidad benéfica, de acuerdo a lo resuelto por el tribunal.
El encubrimiento
Paulina había desaparecido el 26 de febrero de 2006 y su cuerpo fue hallado el 11 de marzo de ese año a la vera de la ruta 341, en la localidad de Tapia. La habían estrangulado, presumiblemente el mismo día de su desaparición.
Cuando encontraron el cadáver, García era jefe de la comisaría de Raco e intervino en el procedimiento. Los entonces policías Yapura y Lencina, por su parte, trabajaban en esa dependencia. El acta policial del hallazgo del cuerpo de Paulina llevaba la firma de los tres, y en la misma constaba que había sido la Policía la que halló el cuerpo, cuando en realidad habían sido dos lugareños.
La responsabilidad de Lencina, según consideraron los camaristas, se limitó a haber firmado el acta falsa. El acusado había declarado que no leyó el contenido de la misma, y que fue obligado por García a que pusiera su rúbrica.
La actividad del entonces jefe de la comisaría y de Yapura, en cambio, fue más allá de la falsificación del documento. En primer lugar, hubo dos actas falsas en las que se consignaba la supuesta declaración del remisero Diego Nieva, con la que habrían pretendido demostrar que los días previos al hallazgo estuvieron buscando a Paulina por esa zona. La pericia caligráfica demostró que la firma del remisero había sido falsificada por Yapura. Además, García había hecho que Criminalística Norte tomara fotografías del lugar en el que fue hallado el cuerpo, antes de que llegara el fiscal Alejandro Noguera. Pero en el acta no hizo constar esa situación, ni lo informó a sus superiores. Las fotografías habían sido halladas a principios de abril de ese año tras un allanamiento de Gendarmería Nacional. Esas fueron sólo algunas de las valoraciones de los jueces para considerar que García y Yapura ocultaron, alteraron e hicieron desaparecer rastros del crimen de Paulina.
Los ex funcionarios
El tribunal también dispuso que una vez que la sentencia quede firme, las actuaciones del juicio sean giradas a la Fiscalía de Instrucción de la IV° Nominación (donde está la causa por el homicidio de Paulina) para que sean investigados el ex secretario de Seguridad Eduardo Di Lella, el ex jefe de Policía Hugo Sánchez, el ex subjefe Nicolás Barrera y el ex jefe de la Regional Norte, Rubén Brito, por encubrimiento agravado, falso testimonio y abuso de autoridad.
Barrera y Brito ya se encuentran detenidos por la investigación que lleva adelante el fiscal Diego López Ávila y el juez Francisco Pisa debe definir estos días el pedido de prisión preventiva.
A los camaristas no les convenció la participación de Di Lella y Sánchez el día del hallazgo del cuerpo de Paulina. Aunque los dos (al igual que Barrera) declararon que no sabían ni siquiera que el cadáver encontrado era de una mujer, para los jueces les quedó la duda de por qué se trasladaron inmediatamente hasta Tapia.
La sospecha de que los ex funcionarios políticos y policiales sabían que el cuerpo hallado era de Paulina quedó flotando en los jueces, y por eso resolvieron que deben ser investigados.
Alegatos defensivos
Los abogados de los acusados se basaron en la obediencia debida para pedir la absolución
Los tres acusados de haber encubierto el crimen de Paulina Lebbos habían admitido durante el juicio que se fraguaron las actas. Enrique García y Manuel Yapura afirmaron que había sido el ex comisario Rubén Brito el que redactó las actas truchas y los obligó a firmar. Los defensores Darío Casiva y Salvador Rotondo se basaron en la obediencia debida (o jerárquica) para sostener que debían ser absueltos. El letrado Roberto Blasco, por su parte, argumentó que habría prejudicialidad si los jueces condenaban por encubrimiento, ya que hay otro proceso abierto.
Alberto Lebbos
“Decían que estábamos locos, pero se probó que hubo una maniobra de encubrimiento”
El padre de Paulina escuchó desde la primera fila la sentencia condenatoria. Al salir, dijo que el fallo abre una puerta para que se esclarezca el caso de su hija. “Recibimos tantos insultos, diciéndonos que estábamos locos, que hacíamos política. Se probó que hubo una maniobra de encubrimiento. No me voy feliz porque hay gente que va a la cárcel, que son padres de familia, con hijos de por medio. Pero acá también hay una nenita que no tiene a su mamá. Nosotros queremos a los asesinos adentro, que están protegidos por Alperovich”, dijo Lebbos.
Piden el juicio político a Albaca.- El legislador del PRO Alberto Colombres Garmendia presentó anoche un pedido de juicio político en contra del fiscal de Instrucción Carlos Albaca, luego de que un informe de la fiscala de Cámara Marta Jerez cuestionara su actuación en la investigación del crimen de Paulina. La causa estuvo bajo la órbita de Albaca durante siete años, y en junio se giró a la fiscalía que encabeza Diego López Ávila. De acuerdo al informe que Jerez presentó en la Corte Suprema de Justicia, Albaca no impulsó ninguna medida de investigación.
Falso testimonio.- En la sentencia contra los ex policías, los jueces también decidieron que Luis Bravo debe ser investigado por haber dado un falso testimonio durante el juicio. El testigo les dijo a los camaristas que nunca manejó un remise y que no solía viajar a Raco. También dijo que no sabía por qué había sido citado para declarar en el juicio. Sin embargo, la fiscala Juana Prieto de Sólimo mostró durante su alegato que en las planillas de la Policía Vial figuraba varias veces un remisero llamado Luis Bravo, que solía trabajar en la zona en la que se encontró el cuerpo de Paulina.
Llantos y gritos.- Una vez que terminaron la lectura de la parte resolutiva de la sentencia, la Policía hizo salir de la sala de juicio a los familiares de los condenados. Pero la madre de Manuel Yapura volvió a ingresar a los gritos, tratando de llegar hasta la puerta por donde se habían llevado esposado a su hijo. Los efectivos alcanzaron a tomarla de los brazos y la sacaron al hall del segundo piso del Palacio de Justicia. Entre llantos y gritos, la mujer fue desalojada de los tribunales.
Las fotos no eran de Paulina.- El rollo de fotos no revelado que contenía imágenes tomadas por Criminalística Norte, y que según los registros correspondían a lugar del hallazgo del cuerpo de Paulina, fue incorporado a la causa. Al ser revelados, se comprobó que pertenecían a otro procedimiento, con lo que se mostró otra irregularidad de la actuación de la Policía en la causa.