BUENOS AIRES.- En un hecho inédito en la Iglesia católica argentina, la diócesis de San Isidro pidió ayer disculpas públicas a las víctimas de los abusos cometidos por el sacerdote José Mercau y dijo que los indemnizará.
Mercau se encuentra en prisión por los abusos cometidos contra cuatro jóvenes cuando era párroco de la iglesia San Juan Bautista y estaba a cargo de un hogar que albergaba a niños en situación de vulnerabilidad social en el partido de Tigre, que pertenece a la diócesis de San Isidro, en las afueras al norte de la ciudad de Buenos Aires, informó DyN.
La diócesis anunció asimismo que puso en venta parte de sus propiedades para cumplir con el pago de la indemnización dispuesta por la Justicia. En las misas dictadas ayer en las parroquias de la diócesis se leyó el mea culpa "Asumir, pedir perdón y deseo de reparar".
"La comunidad diocesana de San Isidro, y de un modo especial el obispo y su presbiterio, piden públicamente perdón a los jóvenes que han sido afectados por estas conductas realizadas por un sacerdote de nuestra diócesis, el padre José Mercau, cuando era párroco de San Juan Bautista, en Ricardo Rojas, partido de Tigre", sostiene el documento.
La Iglesia ratificó su "decisión de ayudar, desde nuestras posibilidades, a estos jóvenes a sanar heridas y construir un porvenir". Expresó asimismo su deseo de que este gesto "signifique también una renovación en toda la comunidad del compromiso por promover una cultura del cuidado de los niños y adolescentes".
"Cuídenese entre ustedes"
El documento concluye con una cita al papa Francisco: "Cuidémonos los unos a los otros. Cuídense entre ustedes, no se hagan daño. Cuídense la vida, cuiden la familia, cuiden la naturaleza, cuiden a los niños, cuiden a los viejos".
La decisión de solicitar disculpas públicas fue dispuesta por el obispo de San Isidro, Oscar Ojea, quien fue durante cinco años auxiliar de Jorge Bergoglio cuando era arzobispo de Buenos Aires.
"Nosotros decidimos hacer público este pedido de perdón porque creemos que tendrá un efecto sanador, no sólo para las víctimas, sino para la sociedad. El sacerdote que cometió los abusos era parte de un cuerpo que es la diócesis y nosotros asumimos la responsabilidad como cuerpo, por no haber podido evitar que esos abusos ocurrieran. Como Iglesia, todos somos responsables", declaró el cura Máximo Jurcinovic, portavoz del obispo, cuando se anunció la medida.