BUENOS AIRES.- El entrenador Juan Antonio Pizzi, hasta el momento estigmatizado por no ascender con Rosario Central en 2012 y perder la final de la Copa Argentina con San Lorenzo, tomó revancha hoy con el título del torneo Inicial de fútbol.
Pizzi, un cultor del trabajo y del profesionalismo y una persona con suma autocrítica, llegó a la institución que preside Matías Lammens el 11 de octubre del 2012 para reemplazar al cuestionado Ricardo Caruso Lombardi.
Y dar sus primeros pasos en la entidad de Boedo no fue una tarea tan sencilla: debutó en la 11ma. fecha del Inicial con un empate (0-0) ante Godoy Cruz de Mendoza cuando el equipo estaba en zona de descenso.
Finalmente en ese torneo finalizó 11mo. con 26 puntos y puso toda su expectativa en el Final 2013. Pero el resultado no fue el esperado, ya que terminó cuarto con 32 unidades.
Así, surgieron los primeros interrogantes y el mundo futbolístico comenzó a pensar en los pergaminos de este santafesino de 45 años, con gran pasado como jugador, pero con poca experiencia como entrenador.
Sus antecedentes en el fútbol argentino: dirigió junto al peruano José ´Chemo´ Del Solar tres partidos a Colón de Santa Fe en el 2005 (su debut como DT) y la fatídica temporada con Rosario Central en el torneo de la B Nacional de la temporada 2011-2012, en la que no logró increíblemente el ascenso a primera división.
Es que lideró gran parte del certamen y finalizó cuarto detrás de River Plate, Quilmes e Instituto de Córdoba. Y en la Promoción sendos empates (0-0) frente a San Martín de San Juan condenaron al equipo rosarino a jugar una temporada más en la B Nacional.
Entre Colón y Rosario Central dirigió en Perú a Universidad San Martín (2006) y en Chile a Santiago Morning (2009-2010) y Universidad Católica (2010-2011), donde obtuvo su primer título como entrenador.
¿Pero eso lo habilitaba a dirigir a un grande? Hoy, a poco más de año desde su llegada al banco de San Lorenzo, la respuesta es sí. Igualmente no fue sencillo ya que sufrió críticas, pese a que su equipo jugó bien al fútbol -mejor que sus rivales, sin dudas- y potenció a jugadores que antes eran cuestionados.
Supo cambiar de arquero "a tiempo" (comenzó con Cristian Alvarez, aunque terminó con Sebastián Torrico), rotó bien al plantel, "no se casó" con ningún jugador y no se achicó aún cuando perdió a su "as de espada", el goleador Martín Cauteruccio. Y lo mejor fue que mezcló experiencia con juventud.
Es cierto que su equipo fue irregular (todos los que pelearon el título lo fueron), pero también lo es que fue el que mejor jugó y por eso es un justo campeón. (Télam)