La noche anterior a su muerte, Roxana del Carmen Navarro no había dormido. Al igual que sus vecinos, había permanecido despierta durante toda la madrugada para estar alerta. Si bien los policías ya habían acordado el aumento salarial, el martes a la noche todavía no habían retomado el patrullaje de las calles y la gente estaba atemorizada.
El asentamiento donde vivía la pareja, situado detrás del Ingenio Concepción, en Banda del Río Salí, no fue la excepción. Allí los vecinos también armaron barricadas sobre las calles de tierra y -según ellos mismos contaron- los hombres se reunieron en una esquina mientras las mujeres cuidaban a los chicos en las casas.
Esa noche Roxana se había quedado en la vivienda de una prima, ubicada en la misma cuadra. Sus vecinos señalaron que la joven de 22 años regresó a su casa alrededor de las siete, cuando ya era de día. En ese instante los hombres también volvieron a dormir.
Lo que nadie supo explicar es qué pasó entre ese momento y las 13, cuando se escuchó un estruendo. Esteban Moya, también de 22 años, le habría disparado a Roxana, su pareja y madre de su hijo de seis meses.
Los vecinos -ninguno quiso dar su nombre- dijeron que una prima de Roxana fue la primera en entrar a la precaria vivienda donde se había producido el disparo. La encontró tirada en el piso, desfigurada y bañada en sangre. “Pobre chica, nada justifica que la hayan dejado así”, agregó horrorizada una mujer.
Una “tumbera”
Una ambulancia trasladó a Roxana al hospital Centro de Salud, pero su corazón dejó de latir antes de llegar a destino. Poco después se acercó la Policía.
Según informaron fuentes de la fuerza, Esteban les dijo que su pareja se había suicidado. Sin embargo, la coartada es endeble. “El balazo había entrado por la parte trasera de la cabeza de la víctima, entre la nuca y la oreja”, detallaron las fuentes.
Además, los uniformados encontraron una “tumbera” dentro de la vivienda. Por lo tanto, sin que el hombre opusiera demasiada resistencia, fue llevado esposado en un móvil policial.
Los investigadores del caso, que quedó en manos de la división Homicidios, comentaron que el sospechoso del homicidio despedía un fuerte olor a alcohol.
Las causas
La pareja se había mudado hace casi dos meses al asentamiento, por eso los vecinos no tenían demasiada información sobre ellos. Sólo pudieron precisar que tenían un bebé y que él se dedicaba a hacer trabajos de albañilería. También comentaron que la familia de Roxana decidió velarla en la casa de sus padres, en Villa 9 de Julio.
Respecto a los probables motivos del crimen, algunas personas destacaron que Roxana era una joven “muy bonita” y que tal vez Esteban habría tenido un ataque de celos. Otros vecinos estimaron que el hombre pudo haber sufrido una crisis de abstinencia (“para mí que estaba medio pireli, porque le faltaba la porquería”, mencionó uno de ellos). Por otra parte, un grupo de hombres comentaba que la mujer quiso sacarle $ 2.600 y que su concubino se puso furioso al descubrirla.
Pese a todas esas especulaciones, será la Justicia la que determine las causas del asesinato y confirme si fue Esteban el autor del hecho. El caso está en la fiscalía de Instrucción de la VI° Nominación, a cargo de Adriana Reinoso Cuello.