Los saqueos dejaron un elevado número de heridos que se concentraron -principalmente- en la guardia del hospital Centro de Salud. Hasta anoche, en la sala de guardias se habían registrado al menos 30 heridos. Según informaron en el nosocomio, todos tenían heridas con armas de fuego, pero de distinta gravedad.

El ingreso de los pacientes, que supuestamente habrían participado de los saqueos que se realizaron en distintas zonas de la capital y de sus alrededores, comenzó ayer a las 20 y durante unas cuatro horas fue incesante. Algunas de las personas (al menos tres) que tenían heridas superficiales firmaron voluntariamente el alta médica, a pesar de que se les recomendó que permanecieran internados durante algunas horas para un control más exhaustivo.

Esta actitud llamó la atención a los médicos, que informaron a las autoridades lo que estaba ocurriendo. De un relevamiento realizado por el personal de la guardia del hospital surgió otro dato llamativo. La mayoría de los internados provenía, según informaron, de los barrios Juan XXIII (conocido como La Bombilla), El Colmenar, La Milagrosa, Costanera Norte y del municipio de Las Talitas. Y en las inmediaciones de esas zonas de la ciudad hay sucursales de las grandes cadenas de supermercados.

En cuanto a la gravedad de los pacientes, había al menos dos que tenían pronóstico reservado porque habían recibido disparos en la zona del estómago. Y, además, había otros dos que tuvieron que ser operados de urgencia.

En los primeros minutos de la madrugada de hoy la afluencia de heridos había cesado. Sin embargo, los médicos sostenían que todo podía volver a comenzar.

Jesús Miguel Villalba, un joven de 20 años, fue uno de los pacientes que ingresó al Centro de Salud pero, debido a la gravedad de la herida que tenía, se lo derivó de inmediato al Hospital Padilla.

Dos casos

Villalba entró al Padilla pasadas las 23. Tenía una herida de arma de fuego que le provocó pérdida de masa encefálica. Una bala había ingresado por su frente y quedó alojada en su cabeza en una zona cercana a la nuca.

Las fuentes de la guardia que hablaron con LA GACETA informaron que el paciente, debido a la delicada zona en la que quedó el proyectil, no podía ser operado. Por eso quedó internado en la sala de cuidados intensivos

Cristina del Carmen Albornoz, madre de Villalba, contó que su hijo fue herido en el supermercado Changomás, ubicado en avenida San Martín y Guatemala, en Banda del Río Salí. Y ese comercio fue uno de los blancos de los saqueos que azotaron a la provincia. “Mi hijo fue a buscar a su hermano y un policía le disparó en la cabeza. Si Miguel se muere esto no va quedar así”, advirtió.

Hasta la madrugada, el estado clínico de Villalba continuaba siendo crítico. Y desde el hospital informaron que un equipo de neurocirujanos se estaba ocupando de su cuidado.

Otro herido por arma de fuego que llegó al Padilla y que también estaba en estado delicado era un adolescente de 17 años. El muchacho fue identificado como Jonathan Corbalán y había recibido dos escopetazos en el pecho. Los perdigones de las descargas le perforaron el pulmón derecho y le provocaron una grave lesión en el cuello.

Es tiempo de recuperar la paz

José Cano - Diputado nacional (Unión Cívica Radical)

Las fuerzas que integramos el Acuerdo Cívico y Social nos declaramos en sesión permanente y nos pusimos a disposición del Estado provincial para resolver la crisis. Antes que determinar las responsabilidades políticas por los sucesos resulta indispensable recuperar la paz social. Es tiempo de ponerse al frente del problema y de garantizar la vida, la tranquilidad y los bienes de todos los tucumanos. Sepa el gobernador que cuenta con la Unión Cívica Radical para garantizar que la crisis se resuelva por los canales institucionales y en el plazo más breve posible. No es tiempo de especulaciones políticas.

Deben cesar los adicionales

Alberto Colombres Garmendia - Legislador (PRO)

El Gobierno debió haber previsto esta situación; y debió constituir mucho antes la mesa de diálogo, a modo de prevenir esta situación que debe afrontar la sociedad, sumida en la angustia y la psicosis generalizada. Es el momento oportuno para que el gobernador, José Alperovich, diagrame un esquema salarial tendiente a mejorar sustancialmente los magros sueldos de la Policía tucumana. Es justo el reclamo de los policías, pero también es cierto que deben acabarse los servicios adicionales: sería absurdo que, además de implementar un sueldo como el solicitado se agreguen los adicionales.

Hay un móvil desestabilizador

Regino Amado - Presidente subrogante de la Legislatura

Qué casualidad que esto ocurra en los 30 años de la democracia. Fueron saqueos organizados. Hay un claro móvil político. Sabemos quiénes se organizaron la noche antes para que reine el caos. Cuando recolectemos las pruebas vamos a denunciar estos hechos. Hay un móvil desestabilizador y no deja de ser un golpe institucional. Los saqueadores se manejaban en bandas y no iban a los súper por mercadería, iban por motos y electrodomésticos. Debemos repudiar estos hechos y acercarnos a las soluciones que los policías piden. Los medios tienen que aportar lo que puedan, a través de sus filmaciones.







LA GACETA/Foto de Diego Aráoz (Prohibida su reproducción)
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LA GACETA/Foto de Oscar Ferronato (Prohibida su reproducción)
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LA GACETA/Foto de Juan Pablo Sánchez Noli (Prohibida su reproducción)
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LA GACETA/Foto de Jorge Olmos Sgrosso (Prohibida su reproducción)
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