“El 19 o 20 de marzo de 2006 renuncié en forma indeclinable como ministro de Seguridad Ciudadana. Pensé que eso contribuiría a disminuir en algo el dolor de la familia Lebbos y ayudaría a la tranquilidad de las instituciones”, dijo ayer Pablo Baillo, al declarar en el juicio que se sigue contra tres ex policías por la falsificación del acta del hallazgo del cuerpo de Paulina Lebbos.
Baillo era ministro cuando desapareció Paulina, el 26 de febrero de 2006. El 10 de marzo de ese año, el cuerpo de la joven fue hallado a la vera de la ruta 341, en Tapia. Y pese a que no tuvo intervención directa en la investigación, de acuerdo a su declaración, renunció a los pocos días. “Alberto Lebbos pedía mi cargo y renuncié”, manifestó.
Sin embargo, Baillo regresó unos meses más tarde al gabinete del gobernador José Alperovich, desempeñándose hasta la actualidad como asesor político. “En seguridad nunca más tuve injerencia”, afirmó.
Este dato no pasó desapercibido para la fiscala de Cámara, Juana Prieto de Sólimo. “¿No le parece que su renuncia fue una pantalla pública?”, interrogó la representante del Ministerio Público. “No me parece”, respondió Baillo. “Pero siguió contratado en el Gobierno”, insistió Prieto de Sólimo. “¿Y qué quiere decir con eso?”, culminó el ex ministro.
El actual asesor, al igual que las otras ex autoridades que declararon ayer, manifestó que no tuvo actuaciones el día del hallazgo del cuerpo. “Nunca estuve en el lugar. Creo que recién el lunes me comuniqué con el gobernador para contarle del hallazgo”, dijo. A los pocos días renunció.
“En ese momento había una necesidad de actuar de forma distinta. Había que asumir la responsabilidad política y presenté mi renuncia”, afirmó Baillo.
“Habíamos iniciado programas distintos; estaba en marcha un programa de policía de prevención y no de reacción, como fue durante muchos años. También hicimos planes para incorporar de modo distinto a los aspirantes a la Policía, exigiendo secundaria completa”, manifestó el ex ministro, al defender su gestión.
En cuanto a los cuestionamientos de Lebbos hacia su persona, Baillo dijo que el padre de Paulina había personificado en él su enojo por la investigación. “Hice todo lo que estaba a mi alcance. Estaba actuando el fiscal Alejandro Noguera con la Policía a sus órdenes”, concluyó.