ZURICH, Suiza.- Desde 2007, la incertidumbre en las ternas de candidatos al Balón de Oro se ha reducido en un 33 %: de los tres casilleros sólo hay que dilucidar dos. El tercero ya es prácticamente un derecho adquirido de Lionel Messi, que por sexto año consecutivo fue anunciado como uno de los tres aspirantes al premio que consagra al mejor jugador del planeta. Los otros dos son, tal como se esperaba ahora, Cristiano Ronaldo y Franck Ribery.

Lo que no es tan fácil de anticipar es la identidad del ganador. A diferencia de los últimos años, en los que “La Pulga” arrasó con cuatro balones consecutivos, esta vez no hay un claro favorito. El nivel del rosarino estuvo por debajo de temporadas anteriores, y para colmo, hace más de un mes que no juega a causa de una lesión.

El que tal vez mejor perfilado esté para romper la hegemonía de Messi es su némesis: “CR7” se encuentra viviendo el mejor momento de su carrera. Además de ser el líder absoluto de Real Madrid y su principal arma ofensiva, hace poco se recibió de héroe nacional al conseguir prácticamente él solo la clasificación mundialista de Portugal con cuatro goles en el repechaje ante la Suecia de Zlatan Ibrahimovic. El déficit del ex Manchester United (que ya ganó el trofeo en 2009) es la nula cosecha de títulos con la “casa blanca” en 2013.

En ese aspecto, sobresale la figura del astro francés, quien obtuvo la triple corona con Bayern Munich: Liga de Campeones, Copa de Alemania y Bundesliga. Sin embargo, el boca de urna sitúa a Ribery un escalón por debajo de los otros dos para la ceremonia del 13 de enero. (DPA-Especial)