El Complejo Teatral San Martín es un clásico de la cultura porteña y de la icónica calle Corrientes. Hace unos días, el gobierno porteño presentó butacas adaptadas para personas con sobrepeso y obesidad mórbida en una de las salas, la Martín Coronado. La vicejefa el gobierno porteño, María Eugenia Vidal, remarcó que la iniciativa se lanzó para facilitar el acceso a personas con sobrepeso a las actividades culturales públicas de la ciudad, como un primer paso para su inclusión: “Para las personas muy obesas, algo tan simple como ir a ver un espectáculo se vuelve un problema real”, dijo la funcionaria. Y añadió que “por falta de espacios adaptados la mayoría de personas con obesidad no salen de sus casas para poder realizar actividades como ir al cine o al teatro”.

En la habilitación de las butacas “extralarge” estuvo el médico Alberto Cormillot, un cruzado de la lucha antiobesidad. Precisamente, como también dijo la vicealcaldesa porteña, con estas medidas no se trata de fomentar la obesidad, sino de reconocer un problema que existe, sin perder de vista la importancia de la inclusión. ¿Por qué no replicar la idea en otras salas del país?