El informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que cada tres años mide el rendimiento educativo en alumnos de 15 años de sus 65 países miembro, ha revelado que nuestro país se encuentra en una posición de escasa movilidad respecto de los resultados de 2009. Los primeros puestos fueron ocupados por alumnos de Shanghai, Singapur, Hong Kong, Taipei y Corea del Sur. El último lugar es ocupado por Perú. La selección de estudiantes de 15 años obedece a que son alumnos próximos a completar los diez años de escolaridad obligatoria que rigen en muchos de las naciones participantes.
La Argentina mantuvo los 388 puntos en Matemáticas (puesto N° 59); sumó 5 puntos en Ciencias (de 401 a 406, puesto N° 58) y perdió dos puntos en Lengua (de 398 a 396, puesto N° 61). En todos los casos, el puntaje fue inferior al nivel promedio exigido por OCDE, de 494 puntos en Matemáticas, 501 en Ciencias y 491 en Lengua. Sólo 25 naciones han superado el nivel OCDE. En Latinoamérica nuestro país es superado por Chile (puesto N° 51), México (53), Uruguay (55), Costa Rica (56) y Brasil (58) en Matemáticas; Chile (46), Costa Rica (51), Uruguay (54) y México (55) en Ciencias; Chile (49), Costa Rica (50), México (52), Uruguay (54), Brasil (55) y Colombia (57), en Lengua. El PISA 2012 efectuó también un estudio diferenciado entre los puntajes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a nivel nacional. En Matemáticas, por ejemplo, la Ciudad alcanzó los 418 puntos, alrededor de 30 puntos por encima del resto del país.
“Aunque estamos abajo en términos numéricos de países desarrollados es difícil comparar sistemas educativos, Argentina tiene un 82% más de alumnos en el secundario, y es un nivel obligatorio... las pruebas PISA no son una competencia pero hay quienes son amantes de las tablas de posiciones. A nosotros nos interesan los alumnos, que puedan estudiar y que aprendan cada vez más y mejor. No estamos en contra de las pruebas y por ese motivo hemos acercado en el marco del Mercosur nuestras sugerencias para mejorar la calidad de la evaluación”, dijo el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni.
Si transcurridos tres años, la Argentina sigue ubicada en los últimos diez puestos, significa que algo no se viene haciendo bien. Ello debería ser motivo no sólo de preocupación. La autocrítica es siempre el punto de partida para analizar los problemas, reflexionar y mejorar. Los resultados reflejan la calidad educativa de cada país. De nada sirve restarle importancia o disfrazar la realidad. El conformismo nunca debe ser el parámetro; hay que nivelar hacia arriba, no hacia abajo. Se podría analizar cómo funciona el sistema educativo de los asiáticos para aprender de ellos.
El hecho de que se haya más escuelas o la mayor cantidad de días de clases no han redundado en una mejor rendimiento educativo. En la medida que se genere un debate permanente sobre la educación que queremos, en el que intervengan docentes, padres, funcionarios, gremialistas, que haya docentes más comprometidos que enseñen a los alumnos a pensar, a desarrollar un juicio crítico, que los estudiantes sean exigidos a fondo y no se los promueva con facilidad de un curso a otro, es posible que se avance. En el país de Borges y Cortázar, no deja de ser una vergüenza que la Argentina ocupe los últimos puestos en educación.