Las revelaciones de Kate Starre sorprenden. "Las tengo guardadas en una pequeña caja, en el living, nada especial", sintetiza la australiana, integrante del cuerpo técnico de las "hockeyroos". ¿A qué se refiere? A las medallas de oro que ganó en los Juegos Olímpicos. Nada menos.

La espigada rubia de cabello corto y ojos celestes toma su brillante carrera con absoluta naturalidad. No es que desdeñe los brillantes lauros que fue recogiendo, pero a su deporte, el hockey, lo vive día a día. Lo pasado, por más majestuoso que sea, sirve ahora para enseñar y, al mismo tiempo, para aprender. "Definitivamente, no pensaba que iba a ganar dos medallas jugando al hockey", reconoce Starre. "Sólo empecé a jugar con mis amigos", se justifica entre risas.

El sentido de "fue sin querer queriendo" que le imprime a su discurso es propio de su humildad. "No es exagerado decir que cuando me presentaron a las chicas del seleccionado tuve que contarles quién era", bromeó con esa sonrisa que no la abandona. "No tengo un modelo a seguir. Más que nada aplaudo a las chicas del equipo cuando maduran y se hacen más profesionales. Eso es admirable", destacó.

La ex mediocampista de la selección australiana explica que sus conquistas doradas no le valieron la fama que se podría imaginar. Y puede ser, porque en el deporte australiano hay "monstruos" como Ian Thorpe, el líder nacional en la suma de éxitos olímpicos, o Cathy Freeman, que alcanzó el oro y además es un símbolo del pueblo aborigen australiano.

Será por eso que su modestia abruma cuando se refiere a las dos medallas. Se "engancha" más cuando habla del juego y de las "hockeyroos", pero no esquiva los buenos recuerdos. "Fueron dos medallas muy distintas. En Atlanta fue como 'guauuu'. Un alivio conseguirla. Y en Sydney esperaban que la ganemos", detalló.

El 'uf' extendido cuando recuerda que Argentina era el rival en la final olímpica de Sydney 2000 evidenció el respeto por las "albicelestes". No es para menos, porque en esos Juegos nacieron Las Leonas. "Fue el comienzo de un equipo que causó un gran impacto mundial", explicó Starre. También incluyó entre las mejores a las holandesas y celebró la variedad que aportan.

"Argentina y Holanda son los equipos que más arriba están y, al mismo tiempo, son muy distintos. Eso es muy bueno porque la gente puede tomar las mejores cosas de cada uno para seguir mejorando. Pienso que no hay sólo una manera de alcanzar el número uno", analizó la también campeona del mundo en 1994 y 1998.

¿Y qué tomaría Kate de Argentina? "¿Aymar?", respondió otra vez entre risas. Es que el apellido de "Lucha" está apuntado por el mundo del hockey desde hace 10 años. Sin embargo, Starre abandona la lógica elección y reconoce otras bondades de Las Leonas. "No es sólo ella, surgieron otras jugadoras con habilidades: son muy buenas atletas, corren mucho y juegan muy bien juntas", describió.

Si bien parece que Kate se especializa analizando rivales, no le gustaría ocupar el lugar del técnico, Adam Commens. "Mi trabajo es más que nada en el gimnasio y me gusta lo que hago. Además el cuerpo técnico lo hace muy bien", reconoció.