La comunidad educativa de escuela Julio Ardiles Gray y vecinos de Villa Quinteros pasaron de la alegría y la fiesta a la amargura, la impotencia y el dolor en unas cuantas horas. Es que cuando abrieron el local para realizar el acto de imposición del nombre del destacado periodista que trabajó en LA GACETA se dieron con la ingrata novedad de que los ladrones habían ingresado durante la noche. Los delincuentes no sólo se llevaron un freezer lleno de alimentos preparados para el agasajo que se iba a ofrecer a niños, vecinos y visitantes, sino también, elementos de trabajo que se utilizan en el establecimiento.
Los docentes han denunciado que ese fue el tercer robo que sufrió el centro educativo en lo que va del año. Y como en las anteriores ocasiones, los ladrones destrozaron puertas y ventanas para acceder al interior y, según algunos rastros dejados, todo el botín fue trasladado en una camioneta. En septiembre los ladrones se habían llevado equipos de audio y productos alimenticios luego de violentar puertas y ventanas. Y antes robaron seis computadoras y otros elementos que habían sido entregados como parte de los planes de equipamiento para los centros educativos provinciales.
La escuela N° 319 está ubicada en La Florida, a unos siete kilómetros al oeste de Villa Quinteros, es de jornada completa y unos 80 alumnos se alimentan en el comedor, que con esta incursión delictiva quedó desmantelado. La decisión de imponer el nombre de Julio Ardiles Gray al establecimiento fue producto del entusiasmo docente y la movilización de los padres y alumnos. Por unanimidad, los vecinos de la localidad se pronunciaron a favor de que la escuela llevara el nombre de ese recordado hombre de la cultura tucumana, oriundo de Monteros. Directivos y maestros lo recordaron con respeto y elogio en ese acto que igualmente se realizó, pese al incidente delictivo. Julio Ardiles Gray ha dejado un legado relevante, motivo de orgullo para los tucumanos; sus familiares estuvieron en el homenaje y gran cantidad de vecinos de lugar partiparon con emoción de ese acto de reconocimiento al periodista fallecido en 2009.
El hecho -mejor dicho- los graves hechos delictivos que afectaron a este centro escolar deberían ser un disparador para que las autoridades del Gobierno y los funcionarios policiales estudien e impulsen medidas estratégicas más efectivas que resuelvan la inseguridad y la indefensión de las instituciones escolares. La crónica periodística revela cada tanto -en marzo pasado abundaron los casos de ataques vandálicos a escuelas- los desquicios y asaltos a los que se ven sometidos los locales escolares, su personal y los alumnos de todo el territorio provincial. La delincuencia -sus protagonistas directos o sus autores ideológicos -no repara ni respeta espacios o instituciones que como estas, desarrollan una finalidad de alta y rotunda trascendencia y proyección social. Aunque se observa vigilancia y custodia policial en muchos de los establecimientos, parece claro que lo que está en entredicho es toda la política y los operativos de seguridad que se han venido implementando. La reiteración de los robos y de los daños al patrimonio educativo y social es una muestra de esa falencia, que perjudica a todos y ensombrece nuestra calidad de vida.
La Policía de Villa Quinteros montó un operativo de rastrillaje para encontrar con los ladrones, hasta el momento no se ha informado de que el operativo haya dado resultados positivos.