"Estuvo buena la fiesta, la pasamos muy bien", dicen los empleados... ¿Con eso alcanza? Muchas empresas se preguntan si tiene sentido invertir tanto dinero, solo para que el personal se divierta. No está mal cerrar el año con alegría y diversión. Pero… ¿sólo eso? Y los objetivos corporativos, ¿qué lugar tienen en este evento?
Hay empresas que organizan la fiesta de fin de año para que su gente se divierta, y eso no tiene nade de malo. Pero ese evento es un momento clave para aprovechar, porque puede ser la única ocasión del año en que la organización consiga reunir a toda su gente en un solo lugar y al mismo tiempo, frente al director, plantea Marcelo Gordin, director de Énfasis Motivation Company (www.enfasismotivation.com) .
No capitalizarlo significa desperdiciar una gran oportunidad de comunicarse en forma directa, para hablar de las perspectivas de la organización, y reforzar conceptos que la empresa valora en cuanto a la cultura, el clima o los valores corporativos.
Lazos interpersonales
La diferencia entre un equipo exitoso y otro que no lo es, muchas veces tiene que ver con la relación que se genera entre sus miembros, advierte el especialista.
No caben dudas que después de compartir una fiesta, algo cambia en los vínculos. "Hay una relación que se ablanda, una comunicación que se hace mas fluida, un conocimiento que se profundiza… y si lo relacional mejora, luego colabora en la comunicación formal", puntualiza el experto. Entonces, mejorar la relación del equipo a través de actividades como la fiesta de fin de año, a la larga contribuye a los resultados de la compañía.
En relación con esto, hay empresas que cuentan con un programa de Recursos Humanos con el que llevan adelante diferentes acciones de motivación, de integración y de comunicación interna, dentro de las cuales la fiesta es una parte más, que acompaña todo el proceso. Por eso, indica Gordin, es importante que el festejo esté alineado con la comunicación de la compañía y con los temas que se deseen abordar. Estos se pueden trabajar en forma previa a la fiesta, durante el evento y pos-actividad, por ejemplo mediante las invitaciones, con un video que acompañe la temática, o en una web del evento.
La decisión depende de cada organización. Pero algo que puede marcar la diferencia, es hacer o no una evaluación final acerca de la fiesta. En este caso, por supuesto, cuanto más claros sean sus objetivos, más fácil será analizar si se cumplieron.
El resultado del festejo
En primera instancia, hay que considerar que los intereses de los invitados no son los mismos que los de los organizadores, porque cada uno pondrá la mirada en algo distinto, advierte el director de Énfasis Motivation Company.
Es importante tener en cuenta la valoración de los concurrentes que, sin duda, harán foco en qué les pareció el catering, cómo estuvo el lugar, si le gustó o no el animador, etc. "Pero la compañía puede brindar una evaluación diferente, hacia el organizador del evento y también hacia el logro de sus propios objetivos, que quizá estén más dirigidos a mejorar el clima interno o reforzar alguna campaña de comunicación interna", indica.
Luego, desde la organización habrá que analizar el resultado de todas las encuestas para determinar el éxito o no del evento, si hay aspectos a modificar, etc. "Quizá no haya un indicador directo en términos de causa-efecto pero sin duda, en las encuestas posteriores de clima, la fiesta habrá dejado huella", insiste.
Desde este punto de vista, que la fiesta corporativa sirva solo para divertirse, es un desperdicio de oportunidades y recursos. Para que la gente disfrute del evento y, al mismo tiempo, el management logre lo que espera de él, es importante tener en cuenta una serie de aspectos:
• Hay que tener en cuenta que "todo comunica". Es decir, que cada acción de la empresa está transmitiendo un mensaje institucional. Por eso la organización debe analizar qué tipo de fiesta desea ofrecer a su personal, y tratar que el mensaje resulte coherente con la comunicación corporativa que brinda en forma cotidiana.
• Plantearse una visión integral de la actividad puede ayudar a lograr sus objetivos de comunicación, motivación y fidelización, entre otros.
• No se debe perder de vista que el "espíritu festivo" comienza con una comunicación previa, y termina con el post-evento. La idea del festejo puede prolongarse en el tiempo y crear expectativas mediante diferentes herramientas de comunicación interna (por ejemplo un newsletter, carteleras, un blog o una intranet). Al finalizar la fiesta se puede permitir la publicación de fotos y de comentarios.
• Lo ideal es planificar la fiesta con el tiempo necesario para llevar a cabo los preparativos de la manera adecuada, y según los objetivos predeterminados.