Trabaja entre nueve y 10 horas por día, y hasta 12 también en la oficina. "No es vida", se dijo un día a sí misma. A los 46 años, Claudia Décima decidió que debía cambiar su rutina, aumentar su calidad de vida y mejorar su salud. Miró los cerros que la rodean en Yerba Buena, donde vive, y se largó a caminar. Subió una vez a pie el cerro San Javier, después lo hizo dos veces a la semana, y le encontró el gusto a sentir el aire fresco de la montaña... Hoy sube hasta cinco veces a la semana, tiene un entrenador que la va guiando y participa de maratones. "Yo era totalmente sedentaria y, de repente, gracias a que ahora puedo disponer de dos o tres horas para mí (mis hijos ya están grandes y también hacen deportes) he logrado una calidad de vida muy buena. Para mí, todo esto pasa por una cuestión de crecimiento personal", dice entusiasmada. "Comencé a fines de febrero y ya he experimentado grandes cambios. Me siento bien, linda, activa...", asegura Claudia, que el fin de semana pasado logró trepar la Quebrada del Portugués en seis horas. ¡Todavía es mucho tiempo, pero para mí, que recién comienzo, es una experiencia maravillosa!"
A los 46 años se enamoró de los cerros y les dijo adiós al sedentarismo y a la vida sin adrenalina
RODEADA POR LA NATURALEZA. Claudia corre por una de las sendas del cerro San Javier. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA