TEGUCIGALPA.- El candidato oficialista Juan Orlando Hernández (Partido Nacional), aventajaba anoche en las elecciones presidenciales de Honduras, según las primeras cifras oficiales divulgadas por la autoridad electoral.

Hernández obtenía un 32,8% de los votos, mientras que su principal contrincante, la izquierdista Xiomara Castro (de Libertad y Refundación Libre), lograba un 27,3%, cuando se habían contabilizado alrededor del 24% de las mesas de votación habilitadas, informó oficialmente el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Ante los primeros sondeos oficiales, Hernández se autodeclaró ganador, mientras que Castro -esposa del derrocado presidente Manuel Zelaya- hizo lo propio, pero apoyada en las encuestas a boca de urna que informaban las radios hondureñas.

Un triunfo de Hernández, el influyente jefe del Congreso y amigo cercano del actual presidente Porfirio Lobo Sosa, mantendría el rumbo político de un país que ha sido dirigido, durante la mayor parte de su historia, por una poderosa y pequeña elite conservadora.

El político ha prometido desplegar más militares en las calles para apaciguar la galopante delincuencia en el país, el segundo más pobre del continente.

El próximo presidente de Honduras, que asumirá el 27 de enero, deberá tratar de reducir la violencia que hizo de Honduras la nación con la mayor tasa de homicidios del mundo, así como encarar la difícil situación económica que atraviesa la pequeña Nación, donde dos de cada tres personas (el 66%) vive en la pobreza. Cabe recordar que en Honduras no hay segunda vuelta y resultará consagrado Presidente quien más votos obtenga.

Historia

Estas elecciones generales de Honduras son históricas, porque participaron nueve partidos políticos. De ellos, cuatro surgieron de la crisis política de 2009, causada por el derrocamiento de Zelaya.

La oposición minoritaria surgida entre 1968 y 1992, con los partidos Democracia Cristiana, Innovación y Unidad-Social Demócrata, y Unificación Democrática (UD, de izquierda), no representaron ninguna amenaza para los dos partidos tradicionales. (DPA)