GINEBRA.- Francia e Irán cruzaron duros cuestionamientos ayer, que debilitan los esfuerzos por concretar un pacto para reducir el programa nuclear de Teherán a cambio de un alivio de las sanciones económicas internacionales.

"Espero que haya un acuerdo, pero éste sólo puede ser posible basado en la firmeza. Por ahora, los iraníes no han sido capaces de aceptar la posición de las seis potencias (internacionales con las que negocian)", remarcó el ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius.

Francia ha adoptado consistentemente una línea dura con respecto a Irán, lo que ha ayudado a París a cultivar relaciones más estrechas con sus opositores, como Israel y los países árabes del Golfo Pérsico.

En lo que fue interpretado como una respuesta a la posición gala, el viceministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, destacó que se mantenían "conversaciones serias" con el grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña, Alemania y la propia Francia), pese a los problemas de relación. "Hemos perdido nuestra confianza. No podemos entrar a negociaciones finales hasta que la confianza sea restaurada. Pero eso no significa que las detendremos", aclaró.

Cada una de las partes parecía contener las expectativas sobre un avance inminente después de que las potencias presionasen fuertemente a Irán para que modifique aspectos centrales de su plan nuclear, que le impida desarrollar la capacidad de producir armas atómicas. "Se lograron muchos acercamientos, pero siguen habiendo brechas considerables y tenemos que reducirlas", comentó un alto diplomático occidental.

El Gobierno de Hassan Rohani podría suspender el enriquecimiento de uranio, permitir inspecciones exhaustivas de la ONU a sus plantas y cerrar su proyecto de reactor de agua pesada en Arak; a cambio de la liberación de los fondos iraníes congelados en el extranjero, de permitir el comercio de metales preciosos y del alivio de la presión de EEUU a terceros países sobre la compra de petróleo crudo extraído de su suelo. (Reuters)