"All Lemon" Tested & Certified for Export es el sello de calidad Argentino que certifica la calidad de los limones de exportación.

LA GACETA Rural dialogó con el secretario de la organización, Ricardo Quintana, quien definió el presente y futuro del sector.

- ¿La campaña fue compleja?

- Sí. Arrancamos con precios sostenidos, que anticiparon el arranque normal de entrega a la Unión Europea, porque los mercados demandaron fruta. Este fue un grave error estratégico nuestro, adelantar la exportación. Porque dimos valor al limón español que quedaba, de baja calidad, y que, por los buenos precios, compitió ese limón español con el limón argentino. Esto provocó la caída de precios en la campaña, que fueron corregidos por la brutal helada que nos afectó.

- ¿Cómo trabajó All Lemon?

- Llevamos trabajando cinco campañas. Fuimos mejorando los controles de calidad. Nuestros protocolos indican cómo actuar e intensificar los controles en los casos de heladas o fenómenos climáticos adversos. Esta helada fue un fenómeno del que no teníamos antecedentes sobre su magnitud e impacto. También debemos reconocer que, a pesar de los controles, llegamos con alguna fruta dañada a los mercados que, de todas maneras, como los sistemas funcionaron, no terminó impactando en los precios.

- ¿Qué balance hacen de 2013?

- Llegamos a precios promedio similares a los de la campaña anterior, pero con el agravante de la caída del tipo de cambio y del incremento de los costos internos, hicieron que lo que debería haber sido una campaña con buenos resultados económicos, resultara ser una campaña más que logró salvar los costos, cuando las condiciones estaban para otra cosa.

- ¿Cómo están las fincas?

- Los daños se produjeron en nuevas plantaciones (en algunos casos del 100%), y la afectación de las plantas adultas, lo que garantiza una pérdida significante de producción en 2014 y 2015. Es que el ciclo biológico de la planta requiere de dos períodos para su recuperación. Además, este es el tercer año consecutivo que, si no hay una recomposición de las lluvias, se agravará aún más la situación. Entre septiembre y octubre se produce el 90% del "cuaje" de la floración para transformarse en fruta. Nosotros ya lo perdimos. Si llegan las lluvias, puede ser que ese cuaje se acelere, y tengamos buena fruta.