GINEBRA.- Seis potencias mundiales e Irán reanudaron ayer las negociaciones para alcanzar un acuerdo preliminar sobre el controvertido programa nuclear de la República Islámica. Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Gran Bretaña y Alemania (integran el grupo 5+1) pretenden que Teherán elimine cualquier sospecha de un uso militar de la energía atómica y suspenda parte de su proyecto, mientras que el régimen que preside el moderado Hassan Rohani insiste en que el plan es pacífico y reclama que se alivien o eliminen las sanciones económicas internacionales.

Los expertos afirman que se está más cerca que nunca de firmar un compromiso multilateral, pero aún hay diferencias profundas por saldar. La última reunión se estancó por la insistencia de Irán en que se reconociera su "derecho" a enriquecer uranio y por desacuerdos sobre las tareas en un reactor de agua pesada en Arak, que podría generar plutonio para bombas.

El líder supremo iraní, ayatollah Ali Jamenei, advirtió que su país no dará marcha atrás en sus derechos nucleares y estableció "líneas rojas" para sus negociadores en Ginebra. Sin embargo, agregó que quiere vínculos amistosos con todos los países, incluyendo EEUU.

En un discurso a estudiantes del Islam, Jamenei descalificó a Israel, país que, según él, "está abocado a la desaparición" y acusó a las autoridades francesas de "estar arrodillándose ante el régimen israelí".

Francia es el más duro de los negociadores del 5+1. La vocera del presidente François Hollande, Najat Vallaud-Belkacem, señaló que las declaraciones de Jamenei son "inaceptables y complican la negociación". "Queremos un acuerdo serio, sólido y con todas las garantías", agregó.

Cautela y contacto

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se mostró cauto sobre un posible acuerdo, pero rechazó la línea dura de los legisladores de su Congreso, e incluso les pidió que no impongan nuevas sanciones a Irán hasta ver cómo termina esta ronda de diálogo.

El martes, el primer ministro británico, David Cameron, mantuvo un diálogo telefónico con Rohani, en el primer contacto entre autoridades de ambos países en una década para abordar las relaciones bilaterales. Este gesto fue interpretado como un nuevo paso de Teherán en su reinserción en el campo diplomático mundial. (Reuters-DPA-Télam)