Su profesión, la raya al medio, el 1,60 metro y pico y en algún momento, la barba candado, sirvieron en bandeja el apodo para Rubén Vega, uno de los ayudantes de campo de Diego Erroz: "Carusito" fue el segundo bautismo que le propinó un periodista en referencia a Ricardo Caruso Lombardi, entrenador de Argentinos.

"Me lo pusieron el año pasado, no me molesta para nada siempre y cuando sea con cariño", confiesa Vega que hasta hace algunas semanas estaba dirigiendo a la Sexta división del "decano" aunque al apodo se lo pusieron mientras dirigía a Central Norte.

Cuando Erroz se hizo cargo de la Primera, "Carusito" recibió el llamado para que él y todo el equipo de las inferiores tuviera la oportunidad de mostrarse. Como dijo, el hombre admite el parecido físico con el mediático personaje sin problemas, pero solo hasta ahí. "En lo futbolístico creo que somos todo lo contrario", aclaró.

Vega, junto a Gustavo Córdoba (también ayudante), Pablo Aguirre y Cristian Mustafá (preparadores físicos), conforman un poblado cuerpo técnico. "Mientras más gente haya, más podemos cubrir todos los detalles", confiesa. Si sumamos a Carlos Barrionuevo que sigue ocupándose de entrenar a los arqueros, son seis.

No todos tienen la chance de estar sentados en el banco. Vega se quedará en Tucumán junto a Aguirre para seguir entrenando a los que no fueron convocados para el partido ante Unión de mañana, a las 20.30, y mantenerlos motivados, algo que a él le sobra. "Este es el sueño de todos los que trabajamos en el fútbol tucumano. Llegar a este nivel es especial", manifestó tras el entrenamiento donde Erroz mandó a moverse y jugar al fútbol tenis al 11 titular: Lucchetti; Romat, Bianchi, Malagueño y Canever; Barrado, Mozzo y Acosta; Ontivero, Rodríguez y Bazán

Como buen hombre de la Liga (además del "cuervo" dirigió a Experimental), Vega necesita de otro ingreso para poder seguir dándose el gusto con su hobby. El hombre, trabaja por las mañanas en una empresa de mantenimiento y limpieza que opera justamente en los talleres de LA GACETA. Ahora la dirige pero está desde hace 24 años y no siempre estuvo a cargo. Como ahora, debió remarla hasta que apareció la chance. "Combino las dos cosas sin problemas", dice.

En 2009, tras la salida de Osvaldo Sosa, los dirigentes pidieron por Caruso. Ahora lo tienen.