Desde su exilio en La Paz, Bolivia, en tiempos de Rosas, el tucumano Benjamín Villafañe escribía a Chile a Félix Frías. El 18 de febrero de 1842, lamentaba la soledad cultural en que trabajaba en un periódico. Quería un tipo de lectura que no encontraba.
"Aquí no se encuentra un libro nuevo. No hay más que libros del siglo pasado", decía. "Yo tengo la 'Filosofía del Derecho' de Lerminier, pero aún no la he leído como se debe. Cuando la haya estudiado con método, se la mandaré. Juzgo que en ésa tampoco habrá libros mejores que aquí; sin embargo, avíseme si hay algo de Victor Hugo, Victor Cousin, 'Historia de la Filosofía', o de Villemain"…
El 4 de agosto, elogiaba un escrito de Vicente F. López, joven que "ha hecho en poco tiempo progresos extraordinarios". Advertía que "preciso es estudiar, amigo mío, para que mañana no ocupemos un puesto subalterno en esa escala de grandes hombres que empieza a surgir en nuestro horizonte".
Hablaba de Sarmiento. "Es un joven que a la fecha tendrá 32 años, muy honrado; el infortunio lo ha formado; su familia o sus padres fueron pobres; por consiguiente no estuvo en ningún colegio. Aprendió el francés, el inglés e italiano por sí mismo. Siempre combatido por la adversidad, se dedicó con calor a la literatura; ha leído mucho, se ha ejercitado en escribir y hoy vale alguna cosa".
Agregaba: "su corazón es bello como el de usted, pero menos triste y sombrío; tiene mucha imaginación, pero carece de conocimientos sistemados y profundos. Si no se dedica con más vehemencia al estudio, no será jamás otra cosa que profesor de periódicos"…