Dicen que los poetas son hombres que han sabido conservar sus ojos de niño. Y el español Fernando Luis Pérez Poza es un claro ejemplo de ello. "La poesía es para mí un modo de vida. Me levanto por la mañana y enciendo el poema de la luz al subir la persiana. Abro el verso del agua caliente, lo mezclo con el de la fría para que no se me abrase el alma y disfruto las metáforas aromáticas del gel mientras me ducho. Desayuno la sinéresis de una taza de mate y un par de magdalenas y me enfrento a la pantalla en blanco de la computadora", aseguró.
Este escritor -o poeta de tiempo completo, como le gusta definirse- es también un exitoso editor, que lleva publicados más de 420 libros de distintos autores no sólo en España, sino también en México, Estados Unidos y Argentina. De hecho, uno de los últimos libros que confeccionó fue el del poeta y periodista tucumano Jorge Concha Lozano, fallecido recientemente. Precisamente, para participar de la presentación de ese libro (titulado "Todos los hombres"), Pérez Poza pasó por Tucumán y compartió el dolor y el orgullo de los familiares de Concha Lozano. "La muerte de Jorge me causó una profunda conmoción. No sólo porque trabajamos mucho para que este libro -su primer libro- salga a la luz, sino por lo repentino de su muerte. De hecho habíamos programado la presentación con lujo de detalles, pero dos semanas antes, pasó lo irremediable. Una pena enorme porque su poesía es realmente poderosa", dijo.
El inicio
En rigor, este escritor, nacido en Pontevedra (España), comenzó a escribir desde muy joven, influenciado por algunos familiares, como el poeta gallego Manuel Antonio y su abuelo Roxerius. Sin embargo, al principio, escribió cosas que nada tienen que ver con la poesía, sino todo lo contrario: fue Jefe de Protocolo de las Cortes de Castilla y León y escribía discursos políticos. "Fue una etapa de gran aprendizaje, pues considero que éstos son lo contrario de lo que debe ser la poesía. En los discursos se emplean muchas palabras para no decir nada, y en la poesía se debe decir mucho con el menor número de palabras. Cuando abandoné la actividad de protocolo retomé la afición a la literatura para dedicarme tiempo completo a ella, combinándola con la actividad editorial", contó.
Empezó publicando, de manera artesanal, un libro de poemas que envió a sus amigos. Y, tiempo después, varias personas le pidieron ayuda para publicar sus propios libros. "Ahí descubrí que podía ser útil como editor, y entonces fundé 'El Taller del Poeta', la editorial con la que ya lancé al mercado más de 420 libros. Lo cual es todo un mérito porque, como dicen, la poesía no da para comer: apenas para merendar, de vez en cuando", agregó orgulloso. Gracias a esta actividad editorial se dio cuenta de que podía tenderle una mano a los noveles poetas que deben pasar las mil y una para poder publicar sus obras. "Así como pude cumplir el sueño de Jorge, también ayudé a que otros poetas en distintos lugares del mundo cumplieran el suyo. Simplemente poniéndome al servicio de su poesía, sin ánimos de ganar dinero, porque yo cobro mi trabajo de editor cuando los libros empiezan a venderse. En este sentido, me considero un cumplidor de sueños", señaló.
La esencia de la Literatura
Respecto de la poesía, Pérez Poza fue muy claro. "Comercialmente, la poesía es el pariente pobre de la Literatura. Sin embargo, desde el punto de vista estético, es la esencia de la Literatura, porque atrapa pequeños trozos de infinito y los revela a través de la palabra", indicó.
Sin embargo dijo que, como género, está evolucionando hacia un punto en que se integrará completamente a las artes visuales. "Yo soy de los que piensa que en este mundo materialista en el que vivimos, la poesía tiene que seguir siendo ese género revolucionario, que nos hace reflexionar y nos vuelca paulatinamente hacia ese mundo espiritual que ya casi nadie conoce. A través de los versos podemos darnos cuenta de que no somos propietarios de las cosas y que cada uno de nosotros tiene que ayudar a que este mundo sea cada vez más humano", dijo.
Sobre su actividad como editor señaló: "el mundo editorial está cambiando. Poco a poco van cerrando las editoriales medianas y proliferan las pequeñas, mientras las grandes sobreviven gracias a sus grandes promociones que, en realidad, benefician a tan solo unos pocos autores. Creo que esa atomización de la industria proseguirá. La comercialización de los libros tiende a consolidarse a través de internet paralelamente al cierre de muchas librerías. El futuro camina hacia libros publicados en pequeñas tiradas, casi a la carta, aunque persistirán los best-seller de las grandes editoriales".