ROMA.- El arco conservador italiano que comandaba Silvio Berlusconi, se fracturó ayer con la decisión de su delfín, Angelino Alfano, de no acompañarlo más. El ex primer ministro volvió a denominar Forza Italia a su actual partido Pueblo de la Libertad (PdL). "Estoy feliz de haber vuelto a este nombre, el único que seguimos teniendo todos en nuestros corazones", afirmó ante unos 800 delegados.
Poco antes, Alfano había anunciado que no acudiría al cónclave y que fundará una nueva agrupación llamada Nuevo Centroderecha.
Según los medios italianos, la nueva agrupación de Alfano tendría un total de entre 56 y 60 parlamentarios (de 30 a 37 senadores y de 23 a 26 diputados). Esa cantidad bastaría para mantener en pie la coalición de Gobierno integrada por el PdL con el Partido Democrático (PD), de centroizquierda, que lidera el primer ministro Enrico Letta.
La decisión de Berlusconi es el último manotazo que tenía antes de ser expulsado de su banca en el Senado, por una condena en firme en su contra por fraude fiscal, medida que se definirá el próximo 27. Ayer afirmó que rompió con Letta, pero admitió que no tiene los números para derribar al Gobierno.
A pesar de los gritos de "¡traidores!" de parte de la multitud en contra de Alfano y su sector, Berlusconi mantuvo un tono conciliador hacia ellos, aunque admitió que la división le "causó mucho dolor". El futuro del millonario de 77 años está en un precario equilibrio, acosado por numerosos procesos judiciales.
En tanto, Alfano dijo que se vio obligado a tomar una decisión "amarga y dolorosa" al romper con Berlusconi, y justificó su maniobra en evitar una elección anticipada que profundice la crisis nacional. "No podemos decir: vamos a derrocar al Gobierno y resolvemos los problemas", afirmó. Agregó que los cinco ministros de su sector que integran el gabinete permanecerían en sus cargos. (Reuters-DPA)