BUENOS AIRES.- La presidenta, Cristina Fernández, "se encuentra en condiciones de retomar sus actividades a partir del lunes 18" de este mes, confirmó ayer Alfredo Scoccimarro, secretario de Comunicación Pública de la Nación, en la Casa de Gobierno.
Scoccimarro detalló que, tras los estudios cardiológicos realizados el fin de semana a Cristina con un holster -por 48 horas-, "se ha puesto en evidencia la ausencia de arritmia significativa y un buen estado cardiovascular".
El funcionario indicó que la jefa de Estado continuará con distintos "controles de prevención secundaria" que incluirán una "prueba de movimiento oscilatorio corporal y esfuerzos" y, al cumplirse dos meses de la operación, se someterá a una nueva "neuroimagen para evaluar el traslado aéreo".
El parte médico que leyó el secretario de Comunicación detalló que la mandataria tiene un "bloqueo intermitente en la rama de conducción eléctrica izquierda", pero se le otorgó el alta cardiológica ante la ausencia de arritmia significativa y buen estado cardiovascular.
Además, explicó que "con el retorno a un estado ambulatorio, las futuras comunicaciones sobre la evolución de la Presidenta serán emitidas por la Unidad Médica Presidencial".
El sábado pasado, Cristina había recibido el alta "neurológica y neuroquirúrgica" debido a la favorable evolución que ha presentado a 35 días de la intervención quirúrgica a la que fue sometida para extraerle un hematoma en el cráneo.
En cuanto a la actividad de la Presidenta, que se decía iba a ser gradual al momento de retornar, no hubo precisiones. Lo cierto es que, cuando Cristina vuelva el lunes a la Casa Rosada se habrán cumplido 42 días desde la operación, no podrá viajar en avión o helicóptero y , según ordenaron los médicos, tendrá "una agenda restringida, deberá delegar funciones en sus colaboradores y no encabezar actos multitudinarios que le generen estrés".
Y es casi seguro que esto no se cumplirá 100%. Es que la Presidenta tiene pendientes distintos temas relevantes. Entre ellos, la posibilidad de un inminente cambio de gabinete, pero se desconoce si la Presidenta sólo reemplazará al ministro de Salud, Juan Manzur, quien debe asumir en el Congreso, o si habrá una renovación más profunda de cara a los últimos dos años de gobierno.
Otro que espera la palabra de Cristina para asumir su cargo, es Martín Insaurralde. El electo primer diputado nacional del FpV bonaerense no asumirá su banca en diciembre. Por estas horas, en el kirchnerismo definen si recala como ministro de Gobierno bonaerense o se integra al gabinete nacional. La idea es posicionarlo como candidato a gobernador para 2015 y contener a los intendentes.
De la Presidenta también se esperan decisiones también en política económica. La inflación se mantiene en niveles del 25% anual -según estimaciones privadas ya que la estadística oficial la cifra sólo en un 10%- y se estima que habría un aumento de tarifas, que se encuentran congeladas y llevaron a una distorsión de precios.
Crecen por ello los rumores sobre nuevas medidas para limitar el gasto en el exterior, mientras siguen las restricciones unilaterales a las importaciones.
En el plano político, el Partido Justicialista comenzó a debatir la elección de sus nuevas autoridades en la estratégica provincia de Buenos Aires, donde el FpV fue derrotado en las legislativas por el peronista disidente Sergio Massa. En el fondo de la disputa se encuentra la sucesión presidencial en 2015, para la que el kirchnerismo no cuenta aún con un candidato propio.
Y así como en su momento el Gobierno tuvo que retroceder con la designación de Daniel Reposo al frente de la Procuración General de la Nación, este año tuvo que hacer lo mismo con el ascenso del general en jefe del Ejército, César Milani.
Las razones fueron las mismas que el año pasado: no contaba con el número suficiente para aprobar el nombre del jefe del Ejército. Ahora, Cristina debe decidir qué hacer con el militar, ya que el tema deberá ser resuelto antes de fin de año, pues están incluidos ahora todos los ascensos militares. (DyN-Télam)