TACLOBAN, Filipinas.- Una de las mas poderosas tormentas jamás registrada ha causado la muerte de al menos 10.000 personas en la central provincia de Leyte en Filipinas, dijo el domingo un alto funcionario de la policía, después que localidades costeras y la capital regional fueron devastadas por gigantescas olas.
El tifón Haiyan destruyó cerca del 70 al 80 % del área en su paso a través de la provincia, dijo el jefe superintendente Elmer Soria, un director regional de la policía. La tormenta no solo desató vientos de unos 275 kilómetros por hora sino que también provocó olas de cinco a seis metros de altura.
El Gobierno nacional y la agencia de desastres no han confirmado la cifra, una fuerte alza desde las estimaciones iniciales del sábado de al menos 1.000 muertes.
"Tuvimos una reunión la noche anterior con el Gobierno y otros funcionarios. El gobernador dijo que, en base a sus estimaciones, 10.000 murieron", dijo Soria. "La devastación es enorme".
Haiyan, un tifón de categoría 5 que se desplazó por el archipiélago filipino en línea recta del este al oeste, se debilitó significativamente tras azotar el domingo el norte de Vietnam.
Las autoridades de 15 provincias de Vietnam han comenzado a prepararse para posibles deslaves. Casi 300.000 personas fueron llevadas a zonas más seguras en dos provincias -Da Nang y Quang Nam-, según el sitio web del Gobierno.
"Fue como un tsunami"
El aeropuerto de la ciudad, que está cerca de la costa, quedó destruido por olas gigantes que rompieron vidrios y volcaron vehículos.
El administrador del aeropuerto, Efren Nagrama, dijo que los niveles del agua alcanzaron los cuatro metros en el edificio.
"Fue como un tsunami. Escapamos por las ventanas y yo me agarré de un poste por una hora mientras. Parte del personal sobrevivió subiendo a los árboles", relató Nagrama.
Aproximadamente un millón de personas se refugiaron en 37 provincias después de que el presidente Benigno Aquino pidiera a los habitantes de zonas por las que iba a pasar el tifón que abandonaran las áreas vulnerables.
Las autoridades comenzaron a evacuar a los residentes de zonas costeras tres días antes de que llegara el tifón, lo que ayuda a limitar las pérdidas de vidas, según varios responsables oficiales. Pero no todos escucharon los llamados de la evacuación. (Reuters)