Un mayor control sobre los ingenios es el camino para que la industria azucarera logre rendimientos y utilidades significativas. Así lo creen en los distintos niveles de la agroindustria tucumana, a tal punto que buscarán en la zafra 2014 que se establezcan el seguimiento tecnológico y de producción, es decir, el registro del azúcar que se elabora y sale de las 15 fábricas locales, cuando hasta ahora se registraba la caña que ingresaba.
Ese componente es una de las cuentas pendientes que han sido señaladas en los análisis finales de la campaña de este año, que concluyó esta semana con el cierre de la molienda del ingenio Santa Bárbara. Desde el Gobierno hasta los productores cañeros remarcaron, además, la necesidad de reforzar la organización del Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat) e impulsar de manera concreta el programa bioetanol, para posibilitar un menor stock de azúcar físico ante el incremento de los volúmenes proyectados para el otro año.
"Hasta que los 15 ingenios adhieran al plan Bioetanol, debería destinarse el mayor cupo de excedentes posible, de acuerdo con la capacidad local, la producción de alcohol 'buen gusto' (alcohol no deshidratado), incluyendo participación del productor", dijo el dirigente de la Cañeros Unidos del Este (CUE), Marcelo Fernández.
La zafra 2013 arrancó la temporada casi sin aliento, arrastrando problemas estructurales generados por el incumplimiento del cupo de exportación por parte de los industriales, la incidencia de la comercialización en "negro" y el derrumbe del precio de la bolsa de 50 kilogramos (disminuyó de $ 220 a $ 115 en un año y medio). A ello se le sumaba una proyección de una "gran producción" local, con indicadores históricos, y que hacía prever una profundización del estado de crisis si no se lograba un cambio. La mala situación desembocó, inclusive, en movilizaciones de los propios cañeros a la plaza Independencia y a las plantas industriales.
La nueva ley azucarera, reglamentada en marzo, y la puesta en marcha del Ipaat dieron entonces una luz de esperanza para evitar la caída definitiva de uno de los principales impulsores de la economía de Tucumán. Fue creado para ordenar y controlar a la plaza.
El primer ingenio inició la molienda el 5 de mayo, luego siguió el resto. En el primer mes de actividad fabril hubo limitaciones en el control (solo fue de molienda). Pero a pesar de la demora y las dificultades estructurales, comenzó a inmovilizarse azúcar bajo el sistema de garantía, mecanismo que aseguraba que los empresarios envíen sus cupos afuera del país.
"La pérdida de producción (de 500.000 toneladas de azúcares) como consecuencia de las heladas (y también por la sequía) fue grave para la actividad. Pero alentó la recuperación del precio. La tonificación se debió al compromiso de cañeros e industriales con la ley; la labor del Instituto que retuvo los excedentes en el momento y el porcentaje que debía; y a que no se devolvió esos azúcares", expresó el ministro de Desarrollo Productivo, Jorge Feijóo. "El gran logro de la actividad fue haber podido terminar la zafra, teniendo en cuenta la condiciones iniciales", añadió. Arquímedes Carrizo, operador del mercado azucarero, afirmó que para mantener el precio a niveles altos debe reducirse los volúmenes de azúcares no declarados (en "negro"). Se registraron en los últimos días operaciones de entre $ 180 y $ 185, a precio de contado. Pero desde los $ 185 a plazos de hasta 30 y 60 días.
"La situación de los cañeros es muy comprometida y la de los ingenios también. Nos debemos apoyar en el Instituto", manifestó ayer, por su parte, el empresario Jorge Rocchia Ferro, en entrevista a la radio LV 12, en referencia al final de la zafra.