Las elecciones del domingo cristalizaron de manera definitiva una percepción que flotaba en el aire desde hace ya muchos meses. El tiempo político de Cristina Fernández de Kirchner se agota inexorablemente producto del desgaste lógico de un gobierno que ya lleva muchos años en el poder y que nunca ha ensayado políticas conciliadoras ni autocrítica.
A nivel nacional, el Frente para la Victoria logró reunir apenas un 33% de los votos, realizando una elección muy similar a la de 2009 cuando el gobierno atravesaba su peor desierto, enfrentado con el campo y las clases medias urbanas. Los números de la elección son desesperanzadores para el kirchnerismo: apenas ha logrado imponerse en nueve de los 24 distritos y ha caído derrotado en las principales ciudades del país, incluido el estratégico conurbano bonaerense.
Las razones de la hecatombe electoral que experimenta el kirchnerismo se encuentran en los problemas de siempre (inseguridad, inflación, corrupción, transporte público deficiente, y miedo al desempleo, entre otros) potenciados por un contexto económico declinante y un gobierno más concentrado en construir un relato que en gestionar soluciones. Por esta razón, el retroceso del kirchnerismo, lejos de ser un hecho localizado, constituye un fenómeno que se extiende, con matices, a todo el país.
En Tucumán, la encuesta que Poliarquía Consultores realizó en exclusiva para LA GACETA adelantó correctamente el retroceso del oficialismo provincial y el crecimiento de la oposición encabezada por el senador José Cano.
De hecho, el Acuerdo Cívico y Social tiene -según la misma encuesta- un interesante terreno fértil de donde abrevar de cara al 2015. Las dos bancas obtenidas por la oposición constituyen un aliciente y un hito importante en la construcción de una fuerza política moderna y competitiva que, sin embargo, aún necesita desarrollar, estructurar y consolidar una oferta atractiva para la mayoría de los tucumanos.
En la vereda de enfrente, el alperovichismo afronta su propio dilema. Ha crecido y se ha fortalecido bajo el ala protectora de Néstor Kirchner, primero, y Cristina Kirchner, después. En retribución, la Provincia ha sido un fiel bastión kirchnerista. De hecho, Tucumán con su millón de electores constituye el distrito más importante del país donde el Gobierno nacional ha logrado obtener un triunfo.
Pese a ello, Alperovich comprende que la política está tomando un nuevo rumbo donde el kirchnerismo tiene destino de fuerza minoritaria. El justicialismo bulle ante la inminencia de la sucesión, y los gobernadores e intendentes peronistas que ansían conservar su posición e influencia ensayarán, más temprano que tarde, nuevos alineamientos en torno a Sergio Massa y Daniel Scioli.
El nuevo tiempo político que se inició tras la elección del domingo no estará completamente definido hasta el 2015. El electorado ha decidido que la Argentina gire a la moderación y ponga fin a la aventura populista de Cristina Fernández de Kirchner. Resta saber aún cómo será esa transición y qué rol tendrá una Presidenta hoy convaleciente.
Lo que dejaron las urnas
"Trabajo conjunto".- El ministro del Interior, Osvaldo Jaldo, consideró que el Acuerdo Cívico y Social realizó una muy buena elección el domingo. "Más allá de haber ganado las elecciones vemos cómo el Acuerdo Cívico hizo una elección de 34% y consiguió las dos bancas", planteó el diputado nacional electo por el Frente para la Victoria. Luego, instó a los opositores a un trabajo conjunto. "La Provincia tiene nueve diputados, seis del oficialismo y tres del Acuerdo Cívico; lo que proponemos es que los nueve busquemos lo mejor para Tucumán, sin importar el partido que representamos", añadió el alperovichista. Jaldo destacó que el kirchnerismo, a nivel nacional, mantuvo el quórum propio en Diputados y en Senadores.
"Voto castigo".- La segunda postulante a diputado por Alternativa Popular, Clarisa "Lita" Alberstein, ponderó el crecimiento de ese espacio político integrado por el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) y Pueblo Unido, entre otras agrupaciones. Esta alianza finalizó cuarta en las elecciones del domingo. "En un escenario polarizado logramos mantener nuestro caudal de votos, avanzando en nuestra ubicación en toda la provincia. El Gobierno, a nivel nacional y provincial, salió derrotado por un enorme voto castigo. Alperovich y su proyecto político resultaron nuevamente golpeados, porque la gente está harta de tanta corrupción e impunidad", planteó la dirigente que secundó al ex legislador Gumersindo Parajón.
"Sus votos no son propios".- El legislador y candidato a diputado por el macrismo, Alberto Colombres Garmendia, consideró que el radicalismo y sus aliados difícilmente lleguen en conjunto a las elecciones provinciales de 2015. "Sin desconocer los guarismos que obtuvo José Cano, buena parte de esos votos no son propios, sino fruto de la polarización. Si no empieza a seducir al electorado con propuestas, difícilmente se consolide como un espacio que aspire a conducir la provincia en 2015", planteó el titular local del PRO. Con respecto a las PASO de agosto, el macrismo retrocedió casilleros en la elección del domingo. "Los votos de ahora no reflejan en lo absoluto los votos que realmente tenemos", aseguró el parlamentario opositor.