TEHERÁN.- El nuevo presidente iraní, Hasan Rohani, regresó ayer a su país y fue recibido por grupos de seguidores y de detractores, a raíz del cambio de rumbo de la política de Teherán hacia Occidente, que dividió a la población de su país.
Todo el espectro político iraní saludó la histórica conversación telefónica entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y Rohani, que refleja un amplio apoyo al giro diplomático adoptado por el flamante mandatario (lleva dos meses en el cargo), que cuenta con el respaldo del liderazgo clerical del país.
Partidarios de Rohani lo esperaron en el aeropuerto con aplausos y carteles con la leyenda "sí a la paz, no a la guerra", pero también hubo opositores con pancartas donde se leía "abajo EEUU" y "no al acuerdo con Estados Unidos, sólo la lucha". El sitio web de noticias rajanews.com, que responde a la línea dura contra EEUU, se afirmó que no había justificación para que se hablara con el "Gran Satán" (por Obama), y agregaron que la conversación fue "un paso extraño e inútil".
Rohani afirmó que "en política exterior debe tenerse una cierta flexibilidad racional sin olvidar los principios y la dignidad nacional". En el mismo sentido se ubicó la postura del líder supremo de la República Islámica, ayatollah Ali Jamenei, que antes de su viaje a Nueva York, le pidió que tenga una "flexibilidad heroica".
Al Presidente iraní se le presenta ahora la difícil tarea de unir al país, con el objetivo de dejar de lado las sanciones internacionales impuestas por el programa nuclear de Teherán.
Desde que asumió, Rohani siguió una política de moderación y alivio de las tensiones con el mundo, con promesas de que su plan atómico no tiene como objetivo fabricar armas y ofertas de mayor transparencia y cooperación con Occidente, con lo que mostró diferencias con su antecesor, Mahmud Ahmadinejad.
El exdirector de la Organización Internacional de la Energía Atómica, el egipcio Mohamed el Baradei, aseguró que el diálogo EEUU-Irán es "clave para la estabilidad en Medio Oriente". Desde Irak, el primer ministro, Nuri al Maliki, elogió "el avance concreto contra el estancamiento" de 34 años en las relaciones bilaterales. En cambio, Israel mantiene sus dudas sobre la nueva política iraní. (DPA-Reuters)