BUENOS AIRES (De nuestro enviado especial, Daniel Arturo Vaca).- El Prosap (Programa de Servicios Agrícolas Provinciales) es el primer instrumento específico de inversión en infraestructura para el sector agropecuario, después de 30 años en que la inversión en electricidad la hacía Agua y Energía Eléctrica (AyE) de la Nación.
La estrategia incluyó, luego, el desarrollo de caminos rurales, de redes de riego, y el desarrollo de cluster y cadenas productivas de valor, donde cada provincia defiende sus intereses, los intereses de sus productores. Intervienen variables como impacto del empleo, desarrollo de una producción, aumento de la competitividad, acceso a mejores mercados, etc.
Sobre todos estos temas abarcó el diálogo que el tucumano Jorge Neme, director ejecutivo del Prosap -hoy UCAR (Unidad de Cambio Rural)-, mantuvo con un grupo de periodistas del Noroeste Argentino (NOA), en un alto del reciente Congreso Mundial de Periodistas Agropecuarios, que tuvo como sedes a Buenos Aires y Rosario.
- ¿Cómo se pueden enfrentar las sequías que estamos sufriendo?
- En el marco de esta sequía extraordinaria, lógicamente las preocupaciones por avanzar en estudios e inversiones son mayores, porque en buena hora no tenemos que ver estas sequías, así como ocurren, para 20 o 30 años. Evidentemente, los fenómenos vinculados al cambio climático serán mucho más frecuentes: sequías, heladas, tormentas. Nosotros tenemos que preparar nuestros sistemas productivos para estar a resguardo de esas situaciones.
- ¿Se dispone de tecnología?
- Tenemos que generar un adecuado manejo de los ríos, tratar de protegernos de los aluviones en los momentos en que llueve mucho, y también cómo protegernos de las sequías en los momentos extremos. Como también hay que pensar que los sistemas de riego pueden acompañar la protección, frente a heladas muy serias como las que ocurrieron. La humedad, los sistemas de agua, el riego por aspersión, son tecnologías disponibles para preservar a los cultivos de las heladas intensas.
- Hay buenos ejemplos de inversiones en riego y de mejora de los sistemas productivos.
- Las pruebas son muchas. El 90% de los recursos del Prosap son inversiones en infraestructura, destinadas a acompañar a los productores, que son los beneficiarios de nuestras obras.
En Tucumán, por ejemplo, desarrollamos dos proyectos de riego: uno en el río Lules, y otro en Tafí del Valle, donde hay pequeños productores, donde el incremento de la productividad ha sido fenomenal, en particular en Lules, que es un caso que el Banco Mundial ha tomado como ejemplo. Aumentaron cuatro veces la producción de frutilla, aumentaron la superficie irrigada, mejoraron los costos (se aplicó un sistema presionado gravitacional, que no necesita energía ni bomba). El agua llega filtrada a la tranquera del campo, y entra con presión suficiente para regar todo el campo. Este proyecto ha tenido un impacto muy importante en el sector hortícola y frutillero de Tucumán, que son pequeñas producciones de ambas zonas.
- Pero en Tucumán también hay proyectos de riego que la UCAR desarrolló y que el Gobierno provincial decidió no encarar, como es el proyecto de Choromoro.
- Tenemos formulado para Tucumán el proyecto de Choromoro (Desarrollo del Área de Riego del Sistema Río Choromoro), y también tenemos formulado el sistema del río Tala. Esos dos sistemas están aprobados por los bancos, pero es necesaria una decisión política de la provincia de ejecutarlos (el Poder Ejecutivo de Tucumán debía aprobar un empréstito, mediante una ley provincial) (el proyecto tiene un costo de US$ 18,5 millones: el financiamiento del BIRF (Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) era de US$ 14,7 millones; el aporte local debía ser de US$ 3,8 millones).
En su momento, la provincia de Tucumán, a través del gobernador José Alperovich, había pensado ejecutarlo por el Norte Grande (conjunto de las provincias del Norte Argentino). Nosotros formulamos el proyecto y todos los estudios. No conozco si se está ejecutando a través del Norte Grande (fondos aportados por la Nación).
- La cartera de proyectos desarrollados, ¿no debería convertirse en una política concreta de Estado?
- En todos estos años, hemos logrado llamar la atención de todos los gobiernos de provincia y de la Nación, sobre la especificidad de la inversión pública para el sector agropecuario: para el incremento de la competitividad en las economías regionales, y para ayudar a la consolidación de determinadas cadenas productivas. Y desde ese punto de vista, se plantea la sobrevida del Prosap y el de la Agencia de Inversión que significa el Prosap. Armamos una cartera muy completa de inversiones en programas y proyectos del Minagri, con una masa crítica de recursos humanos y una experiencia de gestión con recursos internacionales. Podemos consolidarnos como una agencia de inversiones específicas.
- ¿Hay dinero para futuras inversiones en infraestructura?
- Desde 2002, además de ejecutar los fondos que estaban pendientes, ejecutamos tres contratos nuevos con el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) por U$S 630 millones. Estamos con dos contratos nuevos con el Banco Mundial (BM) que suman U$S 337 millones, y hoy estamos formulando un programa por U$S 500 millones, que es el único programa que el BM está desarrollando en la Argentina, en un momento conflictivo con la entidad, en términos de que el banco reclamando una serie de cosas y, por lo tanto, no se define la estrategia país. Aunque estamos en camino de resolverlo: el BM aceptó reformular un nuevo programa. Y estamos conversando con el BID por un nuevo programa de U$S 425 millones.