Las versiones cruzadas comienzan a tejer una trama compleja en torno al accidente que ocurrió el martes a la madrugada en avenida Néstor Kirchner y Miguel Lillo.
Ocho jóvenes de entre 14 y 28 años caminaban por la acera norte de la avenida. Volvían a sus casas después de haber disfrutado del recital que el cantante, Carlos "La Mona" Jiménez, había dado en el club Tucumán Central. Pero, alrededor de las 4.45, los atropelló un auto -un Chevrolet Aveo- que conducía Lucas Mariano Jiménez, que se encuentra detenido.
La tragedia provocó la muerte de Nancy Ramírez de 23 años y dejó siete heridos de distinta gravedad. Después del accidente un grupo de personas que todavía no fueron identificadas le prendieron fuego al auto e intentaron linchar al conductor.
Surgieron varias versiones de cómo sucedieron los hechos. Y ayer el comisario Enrique Jiménez, director de la Escuela de Policía, se entrevistó con LA GACETA y aportó la suya; basada en lo que habló con su hijo Lucas. Luis Maldonado era el noveno integrante del grupo y fue el único que resultó ileso. Según su testimonio, ellos caminaban por la vereda cuando fueron atropellados. Sin embargo, el comisario Jiménez sostuvo que el accidente no ocurrió de esa manera. "Mi hijo me contó que en ningún momento pasó por la vereda y le pegó directamente a la gente. Él volanteó porque le rompieron el parabrisas del auto con una piedra que le tiraron", sostuvo.
De la versión del conductor del auto surge un elemento que, hasta ahora, no había sido mencionado por ninguno de los demás testigos. Según explicó el comisario, su hijo le dijo que en las inmediaciones de la esquina de Miguel Lillo y avenida, había dos grupos que -al parecer- estaban peleando y que de ese supuesto enfrentamiento arrojaron la piedra que rompió el parabrisas del auto. "Todo fue muy rápido. Cuando dio el volantazo el auto pegó contra un paredón y desde ahí perdió el control", continuó el uniformado.
Según Jiménez, luego del accidente su hijo se bajó del auto para ver qué era lo que había pasado. "Se bajó pensando que lo habían querido asaltar. Porque parecía que querían hacer que pare el auto. Muy parecido a lo que hacen en Buenos Aires. Nos robaron el equipo de audio y otras cosas que habían en el auto. Después le prendieron fuego al vehículo, pero no sé si era para ocultar las pruebas de lo que estaban robando", agregó.
Un vehículo familiar
El jefe de la Regional Capital, el comisario Luis Medina, había informado que el Chevrolet Aveo no tenía patentes. Pero esta afirmación fue refutada por el comisario Jiménez. "El auto estaba patentado y tenía todas las patentes puestas. Así salía siempre. Lo compramos con mi familia pero estaba a nombre de mi hijo. Por eso me resultó extraño que dijeran que no las tenía. Es más creo que si revisan el auto ahora encontrarían las patentes porque nunca se las sacaron", precisó el director de la Escuela.
En ese marco, Jiménez descartó que su hijo haya estado corriendo una picada. Además, reconoció que en el auto había otras personas, pero prefirió preservar sus identidades y tampoco quiso revelar cuántos eran. También dijo que su hijo fue golpeado y que hay un examen físico que lo comprueba. De la investigación surgen teorías y el trabajo de la Justicia recién comienza.