La sociedad entre el alemán Sebastian Vettel y el equipo Red Bull volvió a rendir sus frutos en el particular Gran Premio de Singapur, la única carrera nocturna de la "máxima". El campeón fue tan contundente en el circuito urbano de Marina Bay que logró su séptima victoria de la temporada y tercera consecutiva con más de medio minuto de ventaja sobre su más cercano perseguidor, el español Fernando Alonso (Ferrari). Sí, semejante diferencia habla a las claras que el germano durmió a sus rivales y va derecho a su cuarto título consecutivo.
La carrera, que llegó a estar neutralizada por siete vueltas después de un accidente sin consecuencias del australiano Daniel Ricciardo (Toro Rosso), tuvo algunas emociones a las espaldas de Vettel.
Ya en el arranque, Alonso hizo una de sus ya clásicas largadas brillantes que le permitió ascender al tercer lugar después de ocupar el séptimo puesto de la grilla de partida. En el resto de la competencia el español volvió a demostrar que va un poco más que su auto y llegó al segundo lugar, posición que también mantiene en el campeonato.
Otro buen trabajo
El otro que se destacó fue el finlandés Kimi Räikkönen (Lotus), que hizo a un lado los fuertes dolores en la espalda que tuvo durante todo el fin de semana y llegó al último escalón del podio después de largar desde el lugar 13 y realizar una excelente maniobra de sobrepaso al inglés Jenson Button (McLaren).
La postal fue, sin dudas, la vuelta de honor en la que Alonso auxilió al australiano Mark Webber (Red Bull) y lo llevó arriba de su bólido rojo después del abandono del aussie en la última vuelta por la rotura del motor.
Tras esta victoria, Vettel está más firme que nunca en el torneo. Tiene 247 puntos contra los 187 de Alonso. La diferencia entre ambos es de 60 unidades cuando hay 150 en disputa producto de las seis fechas que restan. En la Copa de Constructores la diferencia también es apreciable ya que Red Bull Racing le lleva 103 a Ferrari. Si todo sigue así, Vettel y su equipo extenderán el reinado que comenzó en 2010.