¿Y ahora? ¿Qué hacer con tanta frustración a cuestas? La gente no quiso faltar a la gran noche. La velada en la que uno de los integrantes del equipo podría haber quedado en la historia al marcar el gol número 1.000 de Atlético en la B Nacional. Ese tanto hubiera despejado el camino para alcanzar una victoria que lo dejaba como único tercero del certamen, a tres puntos del líder Defensa y Justicia. Pero nada de eso ocurrió. Los que asistieron al Monumental para vivir una fiesta inolvidable se volvieron a sus casas con la garganta seca y lamentándose porque en su casa cosechó su segundo empate consecutivo.

¿Cómo explicar tan amargo 0 a 0? El "decano" se enfrentó a un equipo que se especializa en amargar a los grandes cuando los visita. Brown de Adrogué volvió a sumar jugando fuera de su casa. Le ganó a Independiente en Avellaneda. Anoche le sacó dos puntos de oro a un Atlético que nunca pudo quebrar el férreo sistema defensivo que implementó desde que salió del túnel. ¿Fue mala la estrategia que presentó el equipo visitante? Para nada. Hicieron su negocio: sumaron un punto en un terreno complicado haciendo su juego que, por cierto, no fue para nada vistoso. ¿Jugaron demasiado atrás? Sí. ¿Fueron desleales y recurrieron a todas las artimañas posibles para quedarse con el empate? Eso nadie lo puede discutir. Claro que es el libreto ideal para un equipo que está envuelto en llamas con el promedio.

Molestos
"Hicimos el gasto. En el primer tiempo tuvimos cuatro situaciones. Nos vamos molestos de no haber podido sumar tres puntos", explicó un dolido Ricardo Rodríguez. El entrenador "decano" no juzgó el planteo del rival. Simplemente, se fijó en la producción de sus dirigidos. "Seguimos creyendo en este plantel. ¿Por qué vamos a perder la confianza si creamos situaciones de gol en todo los partidos. Ojalá que en Corrientes se nos abra el arco", concluyó.