"El nivel de intolerancia es tan grande en el fútbol que cada vez nos resulta más difícil conseguir que policías quieren cubrir funciones en los estadios. Se están superando todos los límites". El comisario Jorge Díaz, responsable de Seguridad Deportiva, con total sinceridad plantea un problema que se está generando en la provincia por culpa de la violencia en el fútbol.

Díaz es el responsable de velar por la seguridad de todos los encuentros deportivos que se organizan en estas tierras. Solo por el fútbol -el que más dolores de cabeza genera- se movilizan más de 240 efectivos cada fin de semana. Para los partidos de Atlético y San Martín, en promedio, se utilizan 120 efectivos. Los otros 120 son distribuidos en los encuentros que se disputan en los torneos de la Liga y cuando juega San Jorge.

De esa tropa, el 80 % recibe un pago adicional. El resto está compuesto por personal que cumple guardias en las distintas dependencias y son enviados por sus superiores como refuerzos a los estadios. Los agentes cobran como mínimo $ 105,68 ($ 26,42 la hora) y los oficiales $ 119,80 ($ 29,80 los sesenta minutos).

"No creo que la paga sea el principal problema por el que los uniformados no quieran concurrir a los estadios. El público está desubicado y el personal es permanentemente atacado. Los escupen, les arrojan todo tipo de proyectiles y envases con orina. Y todos estos ataques son porque se enojan con su simple presencia. Hace una semana, los simpatizantes de San Martín le arrojaron pedazos de hierros que habían arrancado de la verja. Todo porque protegían a los hinchas y familiares de San Jorge", comenta Díaz. Juan Pablo, agente que le pidió a LG Deportiva que se mantuviera su apellido en reserva, coincidió con su superior. "El tema pasa por otro lado. En un comercio de barrio puedo ganar exactamente lo mismo y estoy mucho más tranquilo. No tengo que aguantarme un montón de cosas y corro menos peligro que en una cancha. Muchas veces los hinchas se divierten tirándonos cosas", comenta. Gerardo, suboficial de la fuerza, también aportó otro punto de vista sobre el tema. "Se gana exactamente lo mismo que hacer un adicional en otro lado. Lo grave es que podés perder otras cosas. Por ejemplo, en el partido contra Independiente, la hinchada de Atlético arrojaron bengalas. A un compañero le quemaron el pantalón y después tuvo que gastar $ 500 en uno nuevo. No vale la pena, porque además del gasto, te amargás muchísimo con todo lo que vivís", explica.

Díaz sabe que se enfrenta a un problema. Por ahora no tiene tantos inconvenientes porque los operativos no son tan importantes. Pero la situación cambiará cuando lleguen las etapas de definiciones en todos los certámenes. "Ahí será otra la historia. Los encuentros pasarán de bajo o mediano a alto riesgo, por lo que habrá que estar mucho más atentos para no descuidar detalles", advierte el comisario Díaz que ya piensa lo que será la ronda final de la World League de Hockey.

El titular de Seguridad Deportiva reconoce que los directivos tomaron conciencia de lo que está ocurriendo y colaboran mucho más. "Pero la solución no pasa por ahí. Tenemos que apuntar a la educación de los más chicos a enseñarles que deben ser más tolerantes y mostrarles que en otros países, hinchas de diferentes clubes comparten una misma tribuna y la presencia de los uniformados es solo para control", avisa.

¿No será una tarea imposible? "Para nada. Tiempo atrás, en una reunión del Consejo descubrimos que había un montón de folletería y de remeras guardadas en unas cajas de un plan para luchar contra la intolerancia que había ordenado la AFA, pero al renunciar Javier Castrilli, por esos entonces responsable del organismo, quedó en la nada", responde esperanzado conque algún día cambiarán las cosas.

"Seguirá la veda a hinchas visitantes"

"En Tucumán no están dadas las condiciones de seguridad para que se desarrollen encuentros importantes con público visitante", aseguró el comisario Jorge Díaz que estuvo acompañado por el oficial Lucas Fernández, su colaborador.

El funcionario aclaró que, para que se revierta la situación, se deberán implementar operativos muchos más importantes y contar con un escenario acorde. "El Monumental y La Ciudadela ocupan manzanas y están rodeados de barrios populosos. En Catamarca, Salta y Mendoza, por ejemplo, los estadios se encuentran en lugares abiertos donde es más fácil controlar y guiar a los hinchas", comentó.

Díaz insistió que la línea que baja la Nación es mantener la veda a los visitantes. "Hasta ahora no hay ninguna tendencia que indique que esto cambiará en el corto plazo", concluyó.