Cuando hace unos meses Jorge Garber, el actual presidente de San Martín, lo convocó para ser parte de un nuevo proyecto institucional que se inició hace 99 días, Claudio de Camilo no dudó un instante en aceptar el nuevo desafío personal. Esto le posibilitaba nada menos que volver a trabajar por su querido San Martín.
"Por el conocimiento que tenía de quienes integraban la lista, no dudé que el trabajo y la honestidad estaban asegurados. De pronto se me daba la chance de trabajar en lo que más me gusta, es decir en el fútbol amateur, función que ya cumplí cuando Enrique Gettar me trajo para trabajar en el club, allá por 1990", dijo De Camilo que hoy cumple la función de presidente de la subcomisión de fútbol amateur, y además es jefe del departamento médico de la entidad de La Ciudadela.
"Recuerdo que en ese tiempo, todavía no estaba recibido de médico y colaboraba con Juan Carlos Carol y Segundo Corvalán, que eran los encargados de las inferiores. En 1992, con el título en la mano, empecé a trabajar como médico del plantel profesional, primero con Nelson Pedro Chabay, luego con
Ángel Tulio Zof, Horacio Bongiovani, Enzo Trossero, Guillermo César Reynoso y por último con Jorge Orlando López", indicó De Camilo que tiene un recuerdo muy especial por Reynoso. El motivo: "fue la mejor persona que conocí en el fútbol. Tenía la sencillez de los grandes y la humildad de un elegido. Trabajar con él fue una distinción que me dio la vida".
Con la pasión que lo caracteriza, bien asumió, Claudio se puso a trabajar para reorganizar el departamento médico y darle pronta solución a casos que merecían una urgente resolución. "Desde que asumí al cargo, logré operar a cuatro pibes que jugaban en las inferiores que estaban inactivos por lesiones que se le produjeron jugando para el 'santo'. Es el momento, que quienes tenemos un sentimiento por la entidad, aportemos lo nuestro para que vuelva a ser el club del que estábamos orgullosos de ser parte. Por suerte, el socio entendió nuestro mensaje y colabora para que podamos agilizar la ansiada recuperación", dijo el médico que tiene 49 años, es padre de cuatro hijos y con todos comparte el gran amor por San Martín.