Puso proa ayer a Misiones, donde el fin de semana enfrentará una prueba clave para su futuro en la lucha por el campeonato de la Clase 2 del Turismo Nacional. Pero Lucas Mohamed no quiere tomarse en Posadas las cosas tan en extremo. Ir de manera progresiva de viernes a domingo, sin imponerse presiones y sin importar lo que hagan quienes lo preceden en el certamen forman parte de su plan para la fecha 9.

- ¿Qué quedó de la mala experiencia de Las Termas?

- Con mi papá hicimos un profundo análisis de lo hecho. Y llegamos a la conclusión que fallamos porque la situación nos superó y nos dejamos ganar por los nervios. Con tanta gente querida cerca, fue como querer demostrarles en vivo y en directo todo lo que bueno que veníamos haciendo en el torneo. Y equivocamos los caminos: a veces se da que uno acelera y hace cosas que se debe. Quedó claro que si uno quiere ganar por necesidad, pierde por obligación. Choqué contra una pared, la que me marcó la realidad. Y le fallé a la gente, esa es la verdad.

- ¿Y ahora?

- Lo que viene es un volver a comenzar. Hubo mucho ruido y queremos que bajen los decibeles. Pero no debemos descuidarnos. Pienso que tenemos que correr con la idea de no demostrar nada a nadie, pero haciendo las cosas con prolijidad. Lo de una recuperación de terreno luego del perdido en Las Termas puede que se dé o no, pero también dependerá de lo que haga el resto de mis rivales.

- Es decir, ya no depende de vos mismo...

- No, porque hay muchas variables que intervienen en una definición. Uno puede hacer todo lo necesario, pero los demás también. Y después está el trabajo en equipo. Ahí doy grandes ventajas. En esta estoy solo, es casi una patriada. Y así como tengo que pelearles a pilotos que tienen compañeros, también debo cuidarme de lo que todos hagan. Ninguno de mis rivales es improvisado.

- ¿Qué tipo de carrera creés que puede darse en Posadas?

- Una muy intensa. En mi caso, la clave pasará por no volverme loco. El resultado debe salir solo, como consecuencia del trabajo.