El hincha no es el dueño de la verdad ni mucho menos. Pero tampoco hay que hacer oídos sordos a sus mensajes. Si habla es por algo; y anoche en una Ciudadela que era una olla a presión volvió a dejar su sentencia.
Luego del triunfo en Chaco, una marea llamada San Jorge desnudó las limitaciones de un equipo que no camina ni para atrás ni para adelante. Los silbidos, el "la camiseta del 'santo'..." y otros cánticos que estremecieron las gargantas del público en Bolívar y Pellegrini, dejan en claro que toda paciencia tiene un límite. Y si hasta ayer este San Martín modelo 2013/14 tenía el crédito abierto, ahora los plazos se acortaron de una manera alarmante.
Ese yerro infantil de Javier López, que le sirvió en bandeja el gol a Gonzalo Rodríguez, fue la gota que rebalsó el vaso.
"Los ánimos no son los mejores, el cuerpo técnico nos informó que no van a dar declaraciones". Ese mensaje que un integrante del departamento prensa del club les entregó a los periodistas hizo estallar aún más a los hinchas.
Alrededor de 100 personas se juntaron en la puerta del vestuario a pedir la cabeza del Carlos Roldán y algunos jugadores. La tensión se cortaba con un cuchillo. Y aunque primero Roberto Sagra y después Jorge Garber quisieron bajar los decibles, no hubo caso.
Y el "no vamos a tomar decisiones en caliente, hay que esperar que la cosa se calme un poco", que dijo la mayoría de los dirigentes tronó como un trueno. Porque cuando río suena... El lunes a primera hora, Sagra tendrá una reunión, a solas, con Roldán para definir los pasos a seguir.
"El que aprende de los errores ajenos es sabio. El que aprende de sus propios errores es menos sabio. El que sigue cometiendo el mismo error una y otra vez, y nunca aprende de ellos es necio; algo que no soy y menos cuando en el medio está mi amado San Martín. Tranquilos vamos a hacer lo que corresponde", escribió Garber en su cuenta de Facebook, dos horas después de finalizado el encuentro. ¿Un mensaje entre líneas de lo que puede suceder?
Las personas que aguardaban la salida del plantel en la puerta del vestuario le hizo saber su postura a los dirigentes: quiere cambios. ¿Los habrá?