Una cuestión retórica. Fuera de la cancha de Defensa, los vecinos del barrio reciben a los visitantes con una lluvia de piedras. Dentro de los dominios del "halcón", Atlético la pasa mal con el dueño de casa, pero sobrevive a duras penas, y hasta evita los meteoritos de Díaz, Camacho y compañía con algo de fortuna.
Abollado por los golpes, Atlético igual sigue de pie e intenta cambiar al golpe por golpe. Pero le falta algo importante. El espíritu que tuvo en el Monumental contra Independiente, donde no solo no le temió al Diablo sino que lo castigó tanto que hasta los bigotes y el tridente le sacó. Fue un aluvión de fútbol aquella noche de sábado el "decano"; fue un alma en pena suelta en Florencio Varela anoche Atlético. O sea, es un equipo que hoy por hoy te regala dos caras, la buena y la mala. Y ayer era el día para pegar el salto y sentar bases, no el de patinar. Por estos tiempos Buenos Aires le cae como patada al hígado. Con Ferro, deambuló en Caballito, y ayer volvió a repetir lamentos, pero hacia el otro lado del Conurbano bonaerense.
El mérito de uno y otro se repartió por la productividad que demostraron en la cancha. En el primer tiempo, de ida y vuelta, los dos tuvieron oportunidades como para romper las buenas defensas de Lucchetti y Pellegrino. Lenci, en soledad, se destacó en una delantera que extrañó a un Luis Rodríguez siempre acorralado y aislado. Morel quedó en menos nueve. Falló un mano a mano clarísimo. En cambio, Díaz, de la contra, se hartó de tirar caños y de liberar a Fernández y a Martínez en una zaga reumática y blanda.
Después del descanso, Atlético se mancó, los cambios no le ayudaron. Defensa sacó las garras. Benítez disparó al medio y Guerra se anticipó a su marca para tocar suave, al otro costado de Lucchetti. Gol y 1-0 irremontable para un "decano" que necesita volver a encontrase con su mejor versión fuera de casa. Si no, cada viaje será una pesadilla y la idea del ascenso solo un cuento chino.
Lo mejor del repertorio de los de 25 y Chile fue en la parte uno. Allí se proyectó e incluso creó peligro con Lenci, que peleó varias. Igual, falta contundencia.
Pese a un arranque prometedor, donde creo situaciones de gol, Atlético se quedó mal en el complemento y lo pagó. No hubo coordinación y la defensa, que venía siendo sólida, se pinchó.