En los corralones de la capital tucumana casi no se consigue cemento para la construcción. Comerciantes entrevistados por LA GACETA afirmaron que la escasez del producto se inició hace un mes, pero aclararon que, aunque el stock disponible en la plaza es limitado, aún no se registran niveles de desabastecimiento. El faltante se debe a que en Santiago del Estero, la provincia donde operan las cementeras que proveen al 70% de los corralones locales, se aplicaron restricciones para usar gas en las industrias, con el fin de conservar el fluido para el consumo domiciliario. Los empresarios tucumanos recalcaron que la determinación fue tomada por el gobierno de ese distrito, a causa de las bajas temperaturas que se registraron durante julio. Además, aseguraron que, pese a la escasez, el precio de la bolsa de 50 kilos se mantuvo estable en el último mes, en un promedio de entre $ 52 y $ 55. A principios de año, el valor rondaba los $ 48 y hasta agosto registró un incremento del 14,5%. "Es una suba normal en este producto. El valor comercial del cemento acompaña el ritmo de la inflación", subrayó Ernesto Frías, encargado de un corralón. El primer impacto que generó el faltante fue la baja en las ventas que registraron algunos comercios del ramo. Sandra Roldán, propietaria de un local de materiales para la construcción, comentó que desde julio, cuando comenzaron las restricciones de gas para las cementeras santiagueñas, hasta agosto las ventas del producto bajaron un 15%. "Sin embargo, la demanda se mantuvo alta. En julio se concretaron compras grandes y se agotó el stock disponible. Ahora tenemos problemas para reponer la mercadería, porque las distribuidoras no cuentan con suficiente cantidad para proveer a todos", explicó.
Otro de los problemas que converge en este escenario de escasez es el incremento en la demanda de cemento, sobre todo para obras públicas. Los dueños de corralones advirtieron que en años anteriores hubo bajas en el volumen de producción de las cementeras santiagueñas, pero coincidieron en que desde junio de este año creció el nivel de actividad de la construcción, principalmente en emprendimientos vinculados a viviendas. "Confluyeron dos problemas: la escasez y una sobredemanda. La provisión del cemento tendría que empezar a normalizarse cuando termine el invierno", analizó Alberto Guardia, presidente de la Cámara Tucumana de la Construcción. Sin embargo, acotó que los empresarios miran con preocupación lo que podría ocurrir en los próximos meses. "El temor es que el faltante se produzca no por los problemas de abastecimiento, sino por un incremento de la demanda", agregó. En relación al precio del cemento, Guardia recalcó que es normal la suba del producto a lo largo del año. "El precio sube cada 15 días. Son microajustes sostenidos que, en muchos casos, absorben los comerciantes para no afectar las ventas. Pero nunca se queda fuera de la inflación", reforzó.
Por último, el titular de la Cámara que nuclea a la mayoría de los constructores dedicados a la obra pública, señaló que podría haber casos puntuales de comerciantes minoristas que especulen con el precio, aunque aclaró que, por ahora, los valores se mantiene estables.