Versátil como pocos, domina tanto el humor como la música. Hugo Varela lleva 33 años en los escenarios argentinos, y hasta se da el lujo de trabajar con instrumentos que realiza él mismo, como un plumero, una regadera y un ventilador de pie con cuerdas. Desde los 19 años reside en Buenos Aires, cuando llegó a la gran ciudad viajando desde su San Francisco (Córdoba) natal. Pero poco o nada le queda de la famosa tonada cordobesa a quien le gusta llamarse un humorista artesanal, en una entrevista con LA GACETA.

Hugo Varela presentará su nuevo show esta noche a las 21 en el Teatro Alberdi (Jujuy 92).

- Ante tantas cosas que hacés, ¿cómo te definís?

- En un momento me vi en la necesidad de encontrar eso, y sí, tengo que admitir que me llamo humorista, y a partir del humor fui uniendo otras cosas que aprendí en la vida, como ser músico, saber cantar, componer y construir cosas, objetos. Pero si me apurás te digo que soy artista. También me interesa la pintura, escultura y el dibujo, que los hago cuando no estoy trabajando… - ¿Trabajando?- Sí, suena un poco gracioso, porque para mi estar en un escenario es como estar jugando, pero, sí, finalmente se termina en un trabajo cuando lo hacés profesionalmente, cuando tenés que estar allí y que funcione todo, y te tenés que bancar los estados de ánimo… - ¿Cómo es tu humor?- Maravilloso (risas). Mirá, es muy complicado, si ya llevamos siglos tratando de definir lo que es el humor… Trato de apoyarme en la sorpresa, en cosas ingeniosas, en las que el público completa lo que yo sugiero. Es la cosa dicha hasta ahí, no más. No utilizo malas palabras, pero no porque sea moralista o muy bueno… Creo que la cosa sugerida tiene más fuerza fuera que una palabrota dicha al aire.

- Vos hacés los instrumentos ¿Cuántos hiciste en tu carrera? Sos un luthier.

- No, no llevo mucho la cuenta. En algún momento lo hice y llevaba 60, pero se van transformando, algunos rompiendo. Y luthier... es muy francés, muy finoli, prefiero que me digan artesano, fabricador. Y así es mi humor también: artesano, porque yo compongo, hago las letras, creo los instrumentos y todo eso. - ¿También sos imitador? - Y no tanto. La imitación es el recurso más primario. Hay un tango y tal vez lo imite como personaje, pero no es que esté haciéndolo de tal o cual persona. No es que diga: "Voy a imitar a Sandro", no, no hago esas cosas.

- En tus shows, ¿interactuás con el público? ¿Te ha pasado a veces que te costó mucho levantar a los espectadores?

- Sí, pero en situaciones determinadas como en los festivales, cuando te cuesta que te atiendan porque la gente está ya cansada. Pero uno va aprendiendo mañas y trucos y a mejorar la puntería. Te diría que ahora me cuesta menos que antes. - "33 son mejores", ¿cómo está planteado? - No es una pesada reseña histórica, no, nada de eso. Hay canciones nuevas, pero sí, elegí algunas cosas del pasado que a mi me gustan y que las incorporo. De todos modos, lo más importante es que el espectáculo es dinámico, tiene bastante ritmo, y el público se engancha todo el tiempo y termina parado y bailando.