En el galpón de Diego de Villaroel 56 las puertas están siempre abiertas. Llegan camiones con cajas de yerba, galletitas, fideos y arroz. Pero los productos no duran mucho tiempo apilados allí. Son distribuidos en 60 comedores comunitarios de la provincia. Así funciona el Banco de Alimentos, una fundación que da de comer a 10.400 personas.

Eso que otros descartan, para ellos es fundamental. Puede ser una lata de comida que, por estar abollada, ya no se puede vender. O una caja de leche, cuyo cartón se rompió, pero su interior está en perfecto estado. Excedentes de producción, fecha de vencimiento próxima o poco éxito en el mercado son otros de los motivos por los cuales un alimento sale de la cadena comercial.

En el Banco de Alimentos se definen como un puente entre los que sufren hambre y aquellas personas y organizaciones que quieren ayudar. A casi 11 años de haber empezado a funcionar en Tucumán, el Banco no está pasando su mejor momento. El nuevo presidente de la institución, Antonio Casanova, y la gerente, Josefina Correa, explican que ha bajado bastante la ayuda que reciben. Y al mismo tiempo, los comedores necesitan cada vez más colaboración.

"En todos estos años, la ayuda principal que llega al Banco proviene de los empresarios del agro. Pero este sector, desde hace un tiempo, no está pasando su mejor momento y, por lo tanto, no nos pueden brindar la misma colaboración", indica Casanova.

Ante este panorama, desde el Banco han decidido redoblar los esfuerzos: "en vez de tener poca gente que dona muchas cosas, queremos tener mucha gente que done, cada una, un poco de mercadería", señala Casanova. "Actualmente, reunimos unos 22.000 kilos de alimentos por mes. La idea es alcanzar los 40.000. Ahora estamos llegando con nuestra ayuda a 60 comedores; nos gustaría alcanzar 100", se proponen los directivos del banco, que pertenece a la Red Argentina de Bancos de Alimentos que nuclea 17 instituciones del país.

Casanova adelantó algunos de los proyectos que tienen. "Uno es el plato solidario, que comenzaría a funcionar en octubre en conjunto con la Unión de Hoteles y Restaurantes de la provincia. En los menúes de los comercios adheridos, los clientes tendrán la opción de pedir el "plato solidario" y con esa acción estarán donando $ 10 a nuestra institución", resalta.

También intentarán sumar al deporte en esta cruzada solidaria. "Este proyecto se concretaría el año que viene. La idea es que cuando haya un espectáculo deportivo, por ejemplo de rugby, cada persona que vaya a la cancha, además de pagar la entrada, lleve un alimento no perecedero. Así estaremos creando conciencia de que todos podemos sumar un poquito", señala.

Reunir toda la leche que necesitan los comedores les cuesta muchísimo trabajo y es algo fundamental en la mesa de los chicos. "Estamos pensando en hacer algún acuerdo con concesionarias, pedirles que donen kilos de leche por cada auto vendido", adelanta.

"Hay otras cosas que nunca dejamos de hacer: rescatar alimentos que descartan los supermercados y distribuidores. Además, en el Mercofrut contamos con un galpón en el que se reprocesan todas las verduras y frutas que ya no pueden venderse. De ahí sacan 4.000 kilos de alimento todos los meses", cuenta Correa. Y anticipa que el 5 de octubre se realizará la colecta anual de alimentos. Los interesados pueden dejar ese día su aporte en canastos en los supermercados.