En octubre se elegirán a los ediles que presidirían el Concejo Deliberante de la capital por un nuevo período. Si bien es más que probable que la mesa de conducción quede repartida entre alperovichitas y amayistas, algunos ediles de la oposición ya comenzaron a abrir el paraguas y a exigir un lugar entre las autoridades.
Es el caso del radical José Luis Avignone, quien pidió que la oposición no sea relegada como viene ocurriendo desde el año 2005.
"Me parece que Cano es una persona que supo comandar el Concejo Deliberante de manera equilibrada. Cuenta con el apoyo de la oposición. Pero creo que el cuerpo deliberativo sería más equilibrado si la oposición forma parte de la mesa de conducción. Para que sea más armónica la relación entre los pares hasta el 2015 debemos tener un lugar en la mesa. Porque si esto no ocurre, hablaría a las claras que no aprendimos del "vamos por todo" de la senadora Beatriz Rojkés", criticó el radical, al tiempo que recordó: "cuando la UCR fue gobierno en 1983, siempre le dio el espacio correspondiente a la minoría justicialista. Lamentablemente, después del "vamos por todo" el sistema republicano comenzó a resentirse".
Sobre las diferencias entre el amayismo y el aperovichismo que se exacerbaron en el Concejo, luego de las PASO del domingo 11, Avignone señaló: "a mí la pelea entre amayistas y alperovichistas me tiene sin cuidado. Es cosa de ellos. Sería bueno que no la trasladen esa pelea al seno institucional".
El año pasado, la oposición volvió a quedar relegada para ocupar un cargo en la mesa de conducción del Concejo. La última vez que dos opositores fueron nombrados autoridades del Concejo fue en 2004. Ese año, Ramón Santiago Cano se impuso en votos a la alperovichista Carolina Vargas Aignasse, quien presidió el cuerpo en 2003. Cuando Cano fue electo en 2004, Avignone, y el por entonces bussista, Miguel Brito, fueron electos vicepresidente primero y vicepresidente segundo.
El amayismo espera
Si bien los comicios de agosto de 2011 fueron positivos para el amayismo (el acople que encabezó el concejal Germán Alfaro obtuvo la mayor cantidad de votos), los ediles que responden al jefe municipal se tuvieron que conformar con la vicepresidencia primera del cuerpo, que ese año recayó en manos de Eloy del Pino. Alfaro pretendía ocupar la presidencia, en lugar de Cano, pero finalmente cedió ante las presiones de los ediles alperovichistas.